12 octubre, 2024

La esposa de Stasiak dijo que mató al agricultor luego de una discusión

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Lidia M. (57) declaró ayer en indagatoria y fue imputada por homicidio agravado por el vínculo. Además, el magistrado Roberto Sena le rechazó un pedido de excarcelación.

A más de una semana del asesinato del agricultor Mario Miguel Stasiak (56), quien fue ultimado el pasado viernes 16 de julio de tres disparos de arma de fuego dentro de su vivienda en la localidad de Alberdi, la única sospechosa que tiene la pesquisa fue trasladada ayer a audiencia indagatoria ante el Juzgado de Instrucción Dos de Jardín América.

Se trata de Lidia Elizabet M. (57), esposa de la víctima, quien de acuerdo a lo expresado por fuentes judiciales consultadas, reconoció durante su relato ante el juez Roberto Sena la autoría del homicidio.

Incluso añadió que esto último dio como resultado de una acalorada discusión que ambos mantuvieron esa noche.

A partir de los dichos de la mujer, el magistrado interviniente imputó provisoriamente a la implicada por “homicidio agravado por el vínculo”. Asimismo, no se descarta que, de confirmarse que la implicada ocultó a sus familiares el dato de la existencia del arma dentro de la casa, se pueda agregar a la carátula del caso la figura de premeditación.

Por otro lado, aún se aguardan los resultados de las pruebas balísticas para confirmar si el arma fue disparada por la mujer.

Si bien no trascendieron detalles en torno a los motivos que desencadenaron dicha discusión, la principal teoría apunta a presunto malestar que la mujer tenía con su pareja por hechos de infidelidad.

Según declararon los propios hijos de Stasiak, desde hacía varios años su padre mantenía una relación sentimental con una vecina y fruto de ello tuvo un hijo extramatrimonial.

El chico aún es menor de edad y su progenitor lo asistía económicamente, circunstancia que no habría sido desconocida para su esposa. Pero no sólo eso, sino que el colono se veía asiduamente con la madre de la criatura, lo que generaba constantes roces y peleas con la ahora sospechosa.

Se presume que su esposa -sabiendo que la presunta amante también vivía cerca- le reprochó la demora y desató la tragedia.

En relación a lo que se reconstruyó hasta el momento en la pesquisa, se sabe que Stasiak habría llegado hasta su casa cerca de las 22 del último viernes 16 de julio.

Tres horas antes, dejó en su domicilio -cercano a la propiedad del agricultor- a un peón que trabajaba para él y al parecer este retraso habría desencadenado la bronca de su pareja.

Es aquí que se sospecha que cuando la víctima llegó a su morada mantuvo una discusión con la detenida y que instantes después derivó en el homicidio.

El cuerpo de Stasiak presentaba tres orificios de bala en el cuerpo: uno en el costado izquierdo del cuello, con salida en el rostro; otro en el dorsal izquierdo del pecho y un tercero en la parte anterior del muslo derecho.

Coartada endeble
Durante los primeros trabajos de la Policía en el lugar, la mujer declaró que se hallaba en la cocina cuando oyó tres disparos provenientes de la sala, donde halló a su esposo ya sin vida sentado en el sillón, al tiempo que observó a una persona vestida de negro que escapaba del lugar. Inmediatamente corrió a pedir auxilio a la casa de un vecino.

Pero los aportes dados por la mujer, más que nada la posición del cuerpo en relación con la trayectoria de los disparos que recibió Stasiak, hicieron dudar desde un principio a los investigadores sobre el posible móvil de un robo. Sobre esta versión, la sospechosa había indicado que el homicida se había llevado 60.000 pesos en efectivo de su pareja.

Aunque con el correr de las horas las pruebas en su contra comenzaron a cercarla. Una de ellas fue el resultado positivo de las pruebas de parafina que se le realizó a las pocas horas del hecho. Luego se sumó el hallazgo de un revólver calibre 22 que estaba escondido en el interior de una cocina a leña de la casa y cuya existencia había sido negada por la mujer horas antes.

Por si fuera poco, en una requisa a la habitación de la pareja, los investigadores encontraron la billetera de la víctima con 12.000 pesos en efectivo, último aspecto que hizo caer la hipótesis de un robo.

Más aún teniendo en cuenta que en las pericias en las puertas y ventanas no arrojaron signos de violencia o de haber sido violentadas.

En cifras
3 Fueron los disparos que recibió la víctima dentro de su vivienda del paraje Tacuara de Alberdi el pasado viernes 16 de julio.

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