28 marzo, 2024

Con juguetes artesanales, busca impulsar la creatividad de los niños

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Anabella Cardozo fabrica muñecos de tela diseñados para incentivar la autonomía e imaginación de los pequeños. Tiene su taller en Posadas, donde trabaja a demanda

En enero del año pasado, Anabella Cardozo usó un retazo de tela e hizo un juguete en forma de jirafa para su hija, que actualmente tiene 2 años. En una oportunidad, la niña estaba nerviosa y Anabella notó que al interactuar con el juguete artesanal, se iba tranquilizando. Eso fue lo que la motivó a crear más productos similares y así comenzó con su emprendimiento ‘Ríe Sensorial’. A través de éste, la estudiante de Enfermería, de 27 años, crea juguetes sensoriales y muñecos para juegos simbólicos con el objetivo de estimular a los infantes, promover su autonomía e incrementar la imaginación y creatividad.

Elabora según la demanda y también realiza venta de la reserva que le queda disponible. Los productos los ofrece a través de la red social Instagram y también cuenta con una tienda online que abrió en agosto pasado.

La joven mujer se tomó una pausa de sus estudios para dedicarse a trabajar en un taller ubicado en su casa de Posadas, donde confecciona juguetes de tela con forma de animales destinados a bebés desde los 3 meses. A éstos los denomina sensoriales y se caracterizan porque en el interior pueden tener sonajeros o relleno de celofán. Por ejemplo, en las orejas de los elefantes o en las alas de las gallinas. También usa cintas de colores dependiendo del modelo.

En diálogo, Anabella explicó: “El sonido del celofán ayuda al bebé a conocer la causa y el efecto. Al presionarlo, se dará cuenta de que escuchará un ruido y al no hacerlo, no se oye nada”. Pero lo que más le piden son muñecas de juego simbólico, que las produce en tela de algodón. En ellas reutiliza retazos para realizar los vestidos y tener variedad de modelos. “Las entrego con una muda de ropa y siempre planifico que sea intercambiable para que el niño pueda seguir jugando”, precisó.

“Los juguetes sensoriales incrementan la autonomía porque son pensados para la mano del bebé. Los padres estamos acostumbrados a comprar juguetes y que sean automáticos. En cambio, al juguete sensorial el niño puede investigarlo por su cuenta, ponerlo en situación, usarlo como quiera”, se explayó.

En cuanto a los simbólicos, “los chicos les pueden cambiar la ropa, lavarla. Pueden ser autónomos en su higiene y cuidado”, manifestó.

En este sentido, los productos se entregan con información sobre los beneficios y los cuidados, para lo cual recomienda lavarlos en lavarropas o a mano con el jabón que se emplee regularmente. Además, se envuelven en bolsitas transparentes para proteger la tela o bien, en cajas.

Por otro lado, Anabella también produce juguetes didácticos. “Uno es un juego de pesca con imán. Es un pescadito que en la punta tiene una arandela y la cañita es de madera imantada”, se entusiasmó y añadió que para ello, reutiliza los residuos que le dona un emprendimiento de bastidores. Ella los selecciona, los pinta y con ellos está preparando un juego nuevo de bloques triangulares.

“Los niños pueden apilarlos u ordenarlos como quieran, y vienen en una bolsa de lienzo bordada con el tablero del tatetí para que puedan llevarlos y jugar en cualquier parte”, adelantó.

La joven toma ideas de la red social Pinterest, a partir de las cuales va generando cosas nuevas. “Desde ahí voy pensando cómo puedo concretarlas. También hago diseños propios de animales en un cuaderno para luego armar prototipos y, si me gustan, quedan para la venta”, precisó sobre el procedimiento que sigue para crear.

A demanda

Los clientes de Anabella son padres y madres. “La mayoría son de Posadas y también hay quienes compran desde acá para enviar como regalo a otros puntos de la provincia. Además, una chica una vez me compró para enviar el juguete a España”, comentó. Asimismo, tiene clientes fijos, como es el caso de personas que adquirieron los productos y a los meses le vuelven a realizar pedidos, sobre todo cuando nacen otros bebés en sus familias.

De todas maneras, llegar a este punto no fue fácil “porque los animalitos y sonajeros de tela quizá son algo nuevo en esta zona, y lo que más se conocen son los amigurumis (de crochet). Costó un poco que la gente empiece a mirar los juguetes y elegir el que le gusta”, expresó la emprendedora.

Normalmente, concretar los pedidos le lleva un tiempo de tres días, pero ahora, que está en plena mudanza, lo hace en una semana. Asimismo, suele realizar cinco ventas semanalmente, pero a veces sólo una por mes.

Las fechas más productivas son las relacionadas con días festivos como el Día del Niño y Navidad. “Ahí sí tengo muchísimas ventas, que son diez como máximo”, resaltó.

También participa en ferias de artesanías, en particular en una que se desarrolla mensualmente. De este modo, Anabella también se relaciona con otros emprendedores con quienes trabaja en su proyecto. “Siempre trato de acompañarlos con mi emprendimiento. Por ejemplo, las cajas y etiquetas son de otros trabajadores”, subrayó.

También los clientes pueden realizar propuestas sobre los productos y Anabella toma las sugerencias. “A veces me aconsejan que cambie los tamaños o modifique algunos diseños. Yo evalúo si es viable, rediseño y pruebo en prototipos. Si me gustan, los fabrico”.

Realiza, asimismo, mochilas para colocar las muñecas “y en una oportunidad, una madre que me compró, un tiempo después me aconsejó que les colocara bolsillos a los costados para el vaso de agua, la fruta, y otro atrás para el celular. A partir de ahí, tienen ese diseño”, relató para finalizar.

Quienes deseen contactarse con Ríe Sensorial, pueden hacerlo mediante Instagram (@riesensorial) o bien al teléfono 0376-154857103.

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