Blanca Ramírez (59) llegó a Posadas desde Corrientes capital huyendo de los malos tratos y Vanesa Aponte la invitó a su casa para resguardarla del frío.
Las preocupaciones diarias y la tendencia de vivir muchas veces en modo automático hacen que se pasen por alto no sólo cuestiones que tienen que ver con nosotros mismos sino también con el otro.
Sumida en todo ese vaivén de personas ensimismadas que transitan por la Terminal de Ómnibus de Posadas estaba Blanca Ramírez (59), una correntina que llegó hace tres meses juntando los pesitos de su pensión y se quedó a vivir allí por no tener a dónde ir. Pero un día alguien la vio y la invitó a su casa a dormir; es que se venían días de mucho frío y Blanca tenía apenas unas pocas cosas para cubrirse de las bajas temperaturas.
“La vi varias veces y ese día me acerqué a hablarle. Estaba preparándose para dormir y le pregunté si quería venirse a casa conmigo. No iba a poder darme vuelta y dejarla ahí para seguir mi camino”, compartió Vanesa Aponte (49), quien hace una semana alberga en su hogar a la señora.
Vanesa es oficial de tránsito, tiene siete hijos pero sólo dos están con ella porque los demás viven solos, además tiene nietos. Su familia acogió con tanto cariño a Blanca que ya es una de ellos y hasta la llaman abuela. Tiene una pieza sólo para ella, una cama grande y una tele que le cedió amablemente una de las hijas de Vanesa.
Blanca está tan cómoda que se quiere quedar a vivir allí o al menos que le consigan una casita para quedarse en Posadas porque no quiere volver a Corrientes capital, donde están sus hijos, por los malos tratos y el abandono que sufrió por parte de ellos, según contó. No supo explicar por qué eligió venirse a la tierra colorada. “Me siento feliz y contenta, ellos son mi familia ahora. Mis hijos me abandonaron, me tiraron a la calle. Fueron muy desamorados conmigo y de grande me dejaron sola”, relató Blanca, que tiene seis hijos, tres mujeres y tres varones.
La vida de esta mujer no fue fácil, las marcas del paso del tiempo se grabaron en su piel y en su andar. El 17 de septiembre cumplirá 60 pero los años vividos parecen más, quizás por lo que se tuvo que aguantar en silencio.
No tiene hermanos y perdió a sus padres (Teófilo Ramírez y Carmen Lía Paiva), de cáncer y a sus abuelos casi al mismo tiempo. No supo precisar hace cuánto porque los recuerdos están algo descoloridos en su memoria.
Cobra una pensión por un accidente que tuvo como protagonista a un camión de una conocida empresa multinacional de gaseosas y que le ocasionó una lesión en su pierna derecha, en la que tiene una gran cicatriz.
Sobre sus días en la calle en Posadas, Blanca contó que pedía dinero a la gente para comprarse algo para comer o iba a alguna panadería a pedir alguna sobra de pan o facturas. Rescató la solidaridad de los misioneros que no la hicieron sentir mal por su condición, algo que sí pasaba en la ciudad correntina donde hasta la señora que le alquilaba una piecita ya no quiso hacerlo y se tuvo que ir.
“Nunca tuve miedo porque mi papá me enseñó a enfrentarlo. Tenía una frazadita y una colchita para taparme, pasé frío sí, pero me aguanté”, reconoció Blanca mientras se tomaba unos verdes, porque según ella solo tiene dos vicios: el mate y el cigarrillo.
En tanto que para Vanesa, que se crió con su abuela desde pequeña, tenerla en casa es como revivir aquellos tiempos. Hizo oídos sordos a los que le decían que tenga cuidado “porque puede ser una chorra, una adicta”, porque su corazón le decía que era lo correcto.
“Ella es muy cariñosa, vengo a las 1 de la madrugada de trabajar y ella me está esperando. No la quiero soltar pero quiero que por lo menos alguien pregunte por ella”, reconoció la agente de policía.
Ahora Blanca recibe cariño todos los días y de personas que aunque no comparten su sangre y la conocen hace apenas una semana, la contienen y aceptan. Para ella hay una nueva oportunidad.
Contactos para ayudar a Blanca
Cuaquier colaboración es bienvenida para ayudar a Blanca pero lo que más necesita ahora es ropa, zapatos, medias y frazadas. Quienes quieran hacerlo pueden comunicarse al celular de Vanesa: 376-4860055 o bien acercarse a su domicilio: barrio Los Kiris, Chacra 99 (Ituzaingó casi Zapiola), por calle San Ignacio, casa 5146. Blanca está muy cómoda viviendo en la casa de Vanesa y sus hijos y no quiere volver a su ciudad de origen. Si tiene la posibilidad le gustaría tener una casa para vivir en Posadas.
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