Lidia M. (57) sostuvo en indagatoria que por miedo nunca denunció a la víctima. En estos días la Justicia podría resolver la preventiva o una domiciliaria para la acusada.
Mientras se esperan por los últimos detalles para que se resuelva su situación procesal, trascendieron más detalles sobre la declaración indagatoria que el pasado 24 de julio dio ante el Juzgado de Instrucción Dos de Jardín América Lidia Elizabet M. (57), la mujer que está acusada de matar de tres disparos a su concubino, el agricultor Mario Miguel Stasiak (56) en la localidad de Alberdi.
De acuerdo a lo que manifestaron voceros con acceso al expediente, durante su relato ante el juez Roberto Sena -a cargo de la pesquisa- la mujer describió que desde hacía un tiempo venía padeciendo episodios de violencia de género por parte del fallecido, aunque reconoció que por temor a represalias en ningún momento pudo radicar alguna presentación ante la Policía.
En relación a las circunstancias que derivaron en los disparos, la detenida comentó que se produjeron luego de una discusión que mantuvo con Stasiak, luego de que el hombre regresara a la casa que compartían en Colonia Tacuara y que se habría generado por una visita que con una supuesta amante horas antes.
Lo que le habría recriminado la detenida al agricultor fue que el hombre le ocultó esto último, ya que tenía el dato de que un empleado que trabajaba para Stasiak, quien había pasado gran parte del viernes con el empresario vendiendo verduras en Posadas y que vive en cercanías a la propiedad, había sido dejado por la víctima en su domicilio varias horas antes.
Por otro lado, reconoció que como consecuencia de los disparos se asustó mucho y que por esa razón en un primer momento decidió relatar a los policías un supuesto hecho delictivo que derivó en homicidio.
Sobre la supuesta relación extramatrimonial, varios testigos que declararon en sede policial, entre ellos los hijos de la víctima, indicaron que la relación entre la pareja no venía muy bien desde hacía varios meses justamente por la aparición de la mujer.
A partir de estos aportes los investigadores buscan confirmar la mecánica de los hechos y si el ataque a balazos fue consecuencia de una pelea como refiere la imputada o si la víctima fue atacada indefensa. Lo que podría añadir a la causa la figura de premeditación y que complicaría seriamente el futuro procesal de la acusada.
Hasta el momento los informes periciales hechos por la Policía de Misiones con respecto a la trayectoria de los disparos no fueron incorporados al expediente.
Lo que sí se sabe es que los impactos de bala que se detectaron en el cuerpo del agricultor indican tres orificios de bala en el cuerpo: uno en el costado izquierdo del cuello, con salida en el rostro, otro en el dorsal izquierdo del pecho y un tercero en la parte anterior del muslo derecho.
Por el momento, se aguarda que se complete con la toma de testimoniales con testigos del caso en sede judicial.
En tanto que sobre el futuro procesal de la mujer se supo que en los próximos días podría haber novedades y no se descarta que el juez interviniente dicte la prisión preventiva, o bien resuelva otorgar desde una excarcelación o bien el arresto domiciliario.
Todo esto dependerá de distintos puntos que aún resta resolverse e incorporarse a la causa y que luego serán evaluados por el fiscal de la causa, Jorge Fernández, quien también interviene en la investigación del hecho.
Contradicciones
La reconstrucción del caso indica que el homicidio se produjo cerca de las 22 del viernes 16 de julio pasado en la sala de estar de la casa que compartía la pareja en Paraje Tacuara.
Efectivos policiales acudieron al lugar una hora más tarde luego del aviso de la dueña de casa y que en primera instancia alertó sobre un supuesto hecho de robo calificado.
Cuando arribaron los investigadores al lugar encontraron el cuerpo sin vida de Stasiak con tres impactos de bala en el cuerpo. En medio del shock por lo ocurrido, la mujer narró que minutos antes, apenas un rato después de que su marido arribara a la casa tras haber estado todo el día trabajando en la capital provincial, escuchó tres estruendos que venían del living.
Y que tras dirigirse desde la cocina hasta dicho sector de la casa vio a un desconocido con prendas de vestir oscuras y que por miedo salió corriendo a pedir ayuda.
Pero los aportes dados por la mujer, más que nada la posición del cuerpo en relación con la trayectoria de los disparos que recibió Stasiak, hicieron dudar desde un principio a los investigadores sobre el posible móvil de un robo.
Sobre esta versión, la sospechosa había indicado que el homicida se había llevado 60.000 pesos en efectivo de su pareja.
Sin embargo, con el correr de las horas las pruebas en su contra comenzaron a cercarla.
Una de ellas fue el resultado positivo de las pruebas de parafina que se le realizó a las pocas horas del hecho. Luego se sumó el hallazgo de un revólver calibre 22 que estaba escondido en el interior de una cocina a leña de la casa y cuya existencia había sido negada por la mujer horas antes.
Por si fuera poco, en una requisa a la habitación de la pareja, los investigadores encontraron la billetera de la víctima con 12.000 pesos en efectivo, último aspecto que hizo caer la hipótesis de un robo.
Más aún teniendo en cuenta que en las pericias en las puertas y ventanas no arrojaron signos de violencia o de haber sido violentadas.
En cifras
3
Fueron los impactos de bala que recibió la víctima: uno en el costado izquierdo del cuello, otro en el dorsal izquierdo del pecho y otro en el muzlo derecho.
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