Son dos de los ocho merenderos que se encuentran en la órbita de la parroquia Jesús Misericordioso y que se quedaron sin mercaderías.

Desde la parroquia Jesús Misericordioso, ubicada en Itaembé Miní, llevan adelante una campaña para reunir mercadería destinada a los merenderos de los barrios Los Oleritos y Prosol, al que asisten unos 70 niños.

“Invitamos a la gente a que colabore con los merenderos porque estamos viviendo un momento de crisis, de mucha pobreza en algunas familias y todo lo que podamos acercar será bienvenido”, señaló el sacerdote Gervasio Silva.

En diálogo, el padre “Gerva” explicó que “el avance de la crisis se hace sentir y se refleja en los merenderos (ocho en total) que tenemos en nuestra parroquia, que es la más amplia de la Diócesis de Posadas, la que más abarca y adonde concurren muchos chicos de diferentes edades y familias muy humildes”.

Contó que “estamos iniciando una campaña para colaborar con estos dos merenderos puntualmente, que son los que recibían una ayuda de Cáritas a nivel nacional y que se daba a través de un convenio que está caído en este momento. Entonces, de esos merenderos que ordinariamente no nos ‘preocupábamos’ en obtener insumos, porque los recibían, ahora debemos cubrirlos, aunque generalmente estamos con necesidades en todos ellos”.

El sacerdote comentó que “también nosotros llevamos adelante el tema de ferias de ropas para poder solventar algunos gastos pero siempre estamos ahí necesitando la colaboración de la gente que acerca mercaderías que son fundamentales para poder sostener los merenderos”.

Agregó que “la generosidad de la gente es clave para paliar la situación, para que puedan funcionar los merenderos pero cuando no tenemos los insumos no se puede servir la merienda, esa es la realidad. Por ahora estamos activando porque todavía tenemos lo que se había comprado y mediante un campeonato de torneo interparroquial de fútbol, estamos juntando algunas mercaderías que van destinados a los merenderos”.

Detalló el sacerdote que “se sirve la merienda para los chicos de lunes a viernes en el barrio Prosol y en Los Oleritos tres veces por semana, siendo fundamental para ellos porque son familias a las que les cuesta el día a día, darles de comer”.

Fútbol solidario

Sobre cómo surgió el torneo de fútbol interparroquial, el padre “Gerva” contó que “fue una inquietud de los sacerdotes de la zona Gran Posadas. En la Diócesis de Posadas hay dos zonas pastorales, una que agrupa a las parroquias del centro de Posadas y la otra Gran Posadas donde, los curas que la integramos queríamos hacer un campeonato de fútbol para los chicos de nuestras parroquias. Así se formaron once equipos representantes de los cuales ocho son de parroquias y además hay un equipo del Seminario Diocesano, otro de un movimiento pastoral que se llama Acción Católica y el restante de la Pastoral de Juventud de Diocesana. Los jugadores tienen de 14 años en adelante”.

El certamen “lo jugamos en el playón del Colegio Santa Catalina, los sábados de 8 a 13. Invitamos a los chicos que vienen de hinchada a que traigan un alimento no perecedero que va destinado a dos cosas concretas, a los merenderos de Cáritas pero también queremos apoyar el movimiento del Hogar de Cristo que tiene el padre Daniel Pesce, en torno a la recuperación de los chicos que tienen problemas con las adicciones”.

Invitó a “la gente a que colabore, que se acerque a nuestra parroquia, puntualmente para los merenderos se necesitan alimentos como leche, azúcar, yerba, harina, chocolate, aceite, sal y todo lo que se utiliza habitualmente para una merienda porque los chicos son de familias que están atravesando una difícil situación económica y es fundamental servirles una taza con chocolatada, mate cocido o lo que sea, acompañado por una chipa, factura o pan…”.

Sin avances en la conexión de agua

Por otro lado, en junio se había publicado que la parroquia Jesús Misericordioso, para iniciar una obra en Itaembé Miní destinada a un espacio de esparcimiento gratuito de personas adultas, le presupuestaron la conexión de agua, desde SAMSA, 1 millón 47 mil pesos, sin financiación, por los 40 metros que deben ejecutarse, algo muy difícil de afrontar por la parroquia.

“Todo quedó así nomás. SAMSA nos dio ese presupuesto y cuando le pedimos alguna forma de financiar nos dijeron que no había pero que uno puede pedirle a algún privado que nos haga el trabajo para la conexión de agua. El tema es que cuando uno intenta comprar por medios propios los caños, por ejemplo, que son 40 metros lo que necesitamos, en el lugar donde los venden lo hacen por rollo cerrado de 250 a 300 metros y nos sale casi 700 mil pesos”, resaltó el padre Silva.

Agregó que “si uno quiere comprar los materiales sale más caro todavía que el precio que presupuesta SAMSA, entonces eso quedó parado, sin poder avanzar hasta el momento, nos quedamos sin agua nomás”.

Silva dijo que “no puede ser que tengamos que pagar tanto y en una sola cuota, que no haya ningún tipo de alternativa de financiación y siempre aclarando que es para un lugar que será utilizado con un fin social, solidario”.