3 diciembre, 2024

De nuevo presidente de Brasil, Lula apuntó contra la desigualdad

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“El hambre es hija de la desigualdad” y ambas son “el crimen más severo contra el pueblo”, destacó ayer Lula da Silva, con una fuerte crítica al ahora ex presidente Bolsonaro, ausente en el traspaso del mando. El flamante primer mandatario de Brasil anunció que reforzará la integración del Mercosur, apostará por la industrialización y fijará prioridades con los gobernadores de su país para definir las urgencias y generar empleo.

Luiz Inácio Lula da Silva, de 77 años, asumió ayer la presidencia de Brasil para un mandato de cuatro años, al jurar en el Congreso Nacional, acompañado por una multitud de 300.000 personas en la Explanada de los Ministerios, en la capital Brasilia.

El presidente brasileño asumió su tercer mandato luego de haber gobernado el país entre 2003 y 2010 y luego de haber estado 580 días preso en forma ilegal por parte de la Operación Lavajato, razón por la cual estuvo inhabilitado de participar en los comicios de 2018 vencidos por el saliente presidente, Jair Bolsonaro, quien abandonó el país el viernes al viajar a Estados Unidos.

El flamante presidente de Brasil aseguró que se termina “el proceso de destrucción nacional” dejado por su antecesor Jair Bolsonaro, durante el discurso de asunción en el cargo ante el Congreso.

Lula prometió hacer un gobierno de “reconstrucción” nacional y denunció el vaciamiento de las políticas públicas provocado durante la gestión del ultraderechista Bolsonaro.

El mandatario dijo que pretende “construir la democracia” de su país “sobre bases sólidas”.

En este sentido anunció que se va a reunir con todos los gobernadores de los Estados brasileños “para definir prioridades”, “estructurar un nuevo pacto para generar empleos” y “buscar recursos” para financiar estos cambios.

Fustigó en varios tramos de su discurso al gobierno “negacionista” y “oscurantista” que ejerció hasta ayer el ultraderechista Jair Bolsonaro.

“Dije que la misión de mi vida sería cumplida cuando cada brasileño y brasileña pudieran comer tres comidas al día. Tener que repetir este compromiso hoy es el síntoma más grave de la devastación que ha impuesto al país en los últimos años”, se lamentó.

Política exterior

El presidente de Brasil anunció que su gobierno reforzará su política exterior basada en la integración latinoamericana en el Mercosur, la Unasur y el grupo Brics, además de mantener un diálogo “activo y altivo” con Estados Unidos, China y la Unión Europea (UE).

“Debemos romper el aislamiento al que fue sometido al país. Debemos ser dueños de nuestro destino”, aseguró Lula, quien además prometió activar la banca pública para reforzar el mercado interno de consumo y utilizar el Presupuesto para una nueva era de industrialización de la mayor economía de América Latina.

Da Silva llegó al Congreso brasileño unos 20 minutos antes para la ceremonia de asunción para convertirse en presidente de Brasil por tercera vez, tras haber sido recibido con honores militares por los titulares de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, y del Senado, Rodrigo Pacheco.

En la ceremonia estuvieron presentes autoridades locales y visitantes extranjeros, entre ellos la expresidenta Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), destituida en 2016 por el Congreso.

La ceremonia comenzó pasadas las 14.30, cuando el todavía presidente electo subió frente a la Catedral Metropolitana en un Rolls Royce descapotable de la Presidencia de la República que lo llevaría hasta el Congreso, donde prestó juramento, en un recorrido de 1.400 metros.

Lula subió al auto acompañado por su esposa, Rosángela da Silva, Janja. Pero antes de iniciar la marcha pidió que el vicepresidente Geraldo Alckmin y su esposa, Lu Alchkmin, se subieran al vehículo descapotable, cuyo uso estuvo en dudas hasta horas antes de esta ceremonia de asunción por razones de seguridad.



El gesto de Lula da Silva para su compañero de fórmula fue una muestra de la intención del mandatario de dar cumplimiento al acuerdo que forjó con Alckmin, un político de centroderecha, cuando le dijo que su función no sería la de un vicepresidente, sino que ambos presidirían juntos el país.

En el inicio de su tercer mandato presidencial, Lula recordó su primera gestión como mandatario de Brasil. “En 2003, en esta misma plaza, asumimos el compromiso de recuperar el destino del pueblo brasileño, para mejorar las condiciones de vida de las personas. El compromiso fue luchar contra la desigualdad y la pobreza. Acabamos con el hambre y la miseria, pero hoy, 20 años después, volvimos a ese pasado”, denunció. “La desigualdad y la pobreza han vuelto, están de vuelta y es un crimen, el más severo contra el pueblo brasileño. El hambre es hija de la desigualdad”, sostuvo.



Gabinete con récord de mujeres

El gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva que se inició ayer cuenta con 37 ministerios, de los cuales 11 estarán comandados por mujeres, un número récord, pero en el gabinete, con representantes de nueve partidos, estará también la búsqueda por la correlación de fuerzas que el Poder Ejecutivo necesitará para lograr mayorías para sus proyectos en el Congreso.

Con Lula regresó el presidencialismo de coalición que había sido dado por muerto con la Operación Lava Jato y el ascenso de Jair Bolsonaro en 2018, sobre todo porque la verdadera discusión estará en cómo responderán los partidos socios en el Poder Ejecutivo en los votos necesarios en el Congreso.

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