28 marzo, 2024

Preocupación en la frontera de Misiones por la detención de delincuentes extranjeros

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En los primeros tres meses de 2022 fueron arrestados nueve hombres con prontuarios criminales en Brasil y Paraguay. Además fueron incautados casi 50.000 kilos de marihuana en una zona en la que conviven en narcotráfico y el contrabando

Un juzgado federal incautó en los primeros tres meses del año cerca de 50.000 kilos de marihuana. Para ser exactos fueron 47.929 los kilos de marihuana confiscados por orden de Miguel Ángel Guerrero, juez federal de Eldorado, Misiones. Las casi 50 toneladas de droga habían entrado al país por la porosa frontera con Brasil y Paraguay.

La jurisdicción del juzgado federal de Eldorado abarca seis de los 17 los departamentos de una provincia de 29.801 km2 de superficie. El territorio del juzgado se extiende por los departamentos misioneros de Eldorado, Montecarlo, Iguazú, General Manuel Belgrano y San Pedro, unos 12.500 km2. Los límites con Paraguay y Brasil son básicamente fronteras fluviales, salvo dos zonas de frontera seca. Todo pasa con facilidad de un lado al otro de la extensísima frontera. Misiones es principalmente un lugar de tránsito por ruta hacia los puertos desde donde la droga se exporta a Europa o hacia las ciudades donde se consume.

Las fuerzas de seguridad que están en el terreno arduo de la zona limítrofe misionera son la Policía de Misiones, la Gendarmería Nacional (custodio de la frontera seca), la Prefectura Naval Argentina (en la frontera fluvial) y en menor medida la Policía Federal. Los investigadores resaltan que la frontera es de por sí permeable y que la permeabilidad aumenta cuando los efectivos de Gendarmería y Prefectura asentados en el lugar son destinados a combatir la inseguridad en lugares lejanos como Rosario o el Gran Buenos Aires.

El 12 de mayo pasado en el Encuentro de Jueces y Juezas federal realizado en Rosario, Guerrero fue uno de los expositores que más atrajo la atención del auditorio. Porque pintó un panorama que encendió varias alarmas. Además de relevar la enorme cantidad de droga incautada -a la marihuana agregó 187 kg de cocaína y 18.500 pastillas de metanfetamina- aseguró que se había detectado en la zona la presencia de “delincuencia organizada transnacional”.

Es que en los primeros 90 días del año fueron detenidos delincuentes paraguayos y brasileños cuyas extradiciones se tramitan en el juzgado federal de Eldorado. Ninguno de ellos fue detenido por tráfico de droga. Todos cayeron porque fueron encontrados en controles vehiculares con documentos personales falsos, con cédulas de automotores adulteradas o con armas que no estaban autorizados a portar. Cuando llegaron los pedidos de extradición varios de ellos tenian antecedentes por asesinatos, secuestros, extorsiones o fugas de cárceles. La presencia de criminales buscados del otro lado de la frontera fue una de las señales que llevó a sospechar que la zona fronteriza de Misiones es un refugio para delincuentes que siguen operando independientemente de lo que señalen los límites entre los países.

A las nueve detenciones de principios de 2022 se suman otras señales que vienen encendidas desde hace años cuando se detectó una presencia incipiente de grupos delictivos internacionales. En varios decomisos de drogas se habían detectado cargamentos identificados con sellos de bandas criminales conocidas por su organización y su alto nivel de operatividad en Brasil y en Paraguay. En esos procedimientos fueron detenidos los camioneros o los dueños del lugar dónde se halló la droga. No se ha llegado más arriba en las organizaciones.El sello del gorila en los paquetes de drogaEl sello del gorila en los paquetes de droga

Según explicaron fuentes judiciales, el hallazgo de cargamentos de marihuana con el sello de un gorila indica la presencia de narcotraficantes paraguayos que abastecen a la segunda organización criminal del estado de Río Grande del Sur: Bala en la cara. Esta es una banda que controla el tráfico de drogas en Porto Alegre y que desde hace años tiene presencia en Paraguay. La llegada de los cargamentos a Misiones, llevó a los investigadores a manejar la hipótesis de su arribo a la Argentina al menos en el aspecto logístico. Bala en la cara es la segunda banda criminal de Rio Grande del Sur: tiene una disputa contra la organización llamada Las Manos por el control del territorio y se detectó que opera además en Uruguay.El sello del Primer Comando Capital hallado en uno de los procedimientosEl sello del Primer Comando Capital hallado en uno de los procedimientos

También hubo procedimientos en los que se confiscaron paquetes con droga cuyo sello remitía al Primer Comando Capital (PCC), una de las organizaciones criminales más grandes de Brasil. El PCC tiene su origen en las cárceles de San Pablo. Comenzó a principio de los años 90 como un grupo que se formó para pedir mejores condiciones carcelarias y se convirtió en una especie de sindicato criminal -no solo dedicado al narcotráfico- extendido por todo el territorio brasileño. Varios integrantes del PCC estuvieron y están detenidos en cárceles paraguayas y se estima que han pasado la frontera y operan también en Bolivia y Argentina. El Comando Rojo (CV-Comando Vermelho), organización criminal surgida en las prisiones de Rio de Janeiro, maneja el corredor de marihuana que desde Paraguay – el principal productor mundial de cannabis- llega a las playas cariocas. El CV y el PCC fueron aliados hasta 2016 y desde entonces pelean por el control de rutas para sus negocios. También se detectó actividad del CV en la zona de la Triple Frontera compartida por Brasil, Paraguay y Argentina.Primer Comando de Frontera y su símbolo en la droga incautadaPrimer Comando de Frontera y su símbolo en la droga incautada

Otro de los sellos hallados en la droga incautada en los procedimientos lleva el nombre del Primer Comando de Frontera (PCF). Esa organización estuvo a cargo de Néstor Rojas, un misionero que está detenido y en instancia de juicio oral y público porque le decomisaron 11 toneladas de marihuana y 32 kilos de cocaína. Rojas se presentaba como el dueño de una “franquicia” del PCC algo que en principio fue desestimado por los investigadores. Con el paso del tiempo y más información sumada al expediente, se agrandó la hipótesis que indica la relación con la banda brasileña. Rojas, desde la cárcel, planificó el asesinato-no concretado- de un juez misionero que lo investigaba por dos asesinatos.

Según explican investigadores de narcotráfico una de las principales diferencias entre las bandas locales -clanes familiares dedicados el narcomenudeo- y las que vienen de los países vecinos es la capacidad logística otorgada por el dinero. Tienen sistemas de distribución más sofisticados -varios vehículos moviéndose al mismo tiempo- coordinados con rapidez mediante estructuras de comunicaciones contra los cuales es muy difícil competir. Antes los abogados defensores de los narcos locales eran de la zona y la pelea jurídica era más simple. Ahora llegan penalistas de otros lugares (Buenos Aires, Córdoba, etc.) para defender a los detenidos con contactos en el exterior y los expedientes se complican. La contratación de abogados de otros distritos es otra muestra más de los recursos económicos que maneja el narcotráfico en la región y allí reside otra de las desigualdades a la hora de investigar a las organizaciones internacionales. Algunas de las bandas combinan el narcotráfico con el contrabando. En los últimos meses ha habido operativos -a ambos aldos de la forntera- en los que se descubrieron maniobras contrabando de vinos argentinos -muy requeridos en Brasil- y también de neumáticos. Las rutas originales del contrabando, como en todo el mundo, son reutilizadas para el narcotráfico.Miguel Ángel Guerrero, juez federal de Eldorado, Misiones, cuando habló en Rosario (Quique Galetto)Miguel Ángel Guerrero, juez federal de Eldorado, Misiones, cuando habló en Rosario (Quique Galetto)

También hay diferencias de infraestructura judicial. Del lado brasileño de la frontera con Misiones hay nueve juzgados que se dedican a investigar casos como los de narcotráfico. Del lado argentino hay uno solo. Y que también tiene competencia en otros fueros -ejecuciones fiscales, civil- además del penal. En el juzgado federal de Eldorado trabajan 29 personas. Ese juzgado está dividido en seis locaciones, todas cercanas, hecho que dificulta el trabajo diario. No hay wifi: en la era del expediente digital el juzgado de Eldorado no tiene red inalámbrica para acceder a internet. Además en la zona hay recurrentes cortes de electricidad lo que implica que, por ejemplo, las audiencias de flagrancia que se toman a través de una plataforma para realizar videollamadas, no queden grabadas ante la falta de luz. Y se pierdan.

En el área penal que tiene a su cargo las investigaciones por narcotráfico, contrabando, tráfico de armas y de personas entre otros delitos, el número de funcionarias y funcionarios llega a 13, juez incluido. Ellos son generalistas es decir que se encargan de todas las causas. En las específicas de tráfico de drogas y lavado de dinero -suman la colaboración de la Procuraduría de Narcocriminalidad (PROCUNAR )y de la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (PROCELAC) que dependen de la Procuración General de la Nación.

A fines de 2011 se creó un juzgado federal en Iguazú pero casi once años despúes no fue habilitado. Cuando se habilite serán dos los juzgados federales los que estén en condiciones de ocuparse de los casos en los que se trate de desbaratar a las organizaciones de narcotráfico que han comenzado a operar en algunas zonas limítrofes de Misiones.

Mientras tanto serán esas 13 personas que trabajan en el área penal del juzgado de Eldorado -sin wifi y con electricidad intermitente- los que carguen con la responsabilidad de investigar el narcotráfico en un territorio con fronteras permeables y que es unas 60 veces mayor que la Ciudad de Buenos Aires.

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