5 diciembre, 2024

Cómo detectar la “mala” hidratación en los días de mucho calor

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Los nutricionistas recomiendan beber, a lo largo del día, al menos dos litros de líquidos, sin azúcar, sin edulcorantes, preferentemente agua potable.

Llega diciembre y comienzan los días con altas temperaturas y las alertas por las olas de calor, que emite el Servicio Meteorológico Nacional. Todo el año es importante mantenernos hidratados pero en esta época en especial es necesariamente importante el consumo de agua para evitar la deshidratación.

“Considerando las temperaturas en esta época del año, es importante hidratarse correctamente para prevenir un golpe de calor. Es conveniente tomar más líquido del habitual, sin esperar a tener sed para hidratarnos, prefiriendo siempre el agua segura frente a cualquier otro tipo de bebidas”, recomendó Josefina Locatelli, la licenciada en Nutrición (MP 4095), que integra el Colegio de Nutricionistas de la Provincia de Buenos Aires.

En efecto, las y los nutricionistas recomiendan beber, a lo largo del día, al menos dos litros de líquidos, sin azúcar, sin edulcorantes, preferentemente agua potable, y no esperar a tener sed para hidratarse. Sin embargo, las necesidades del agua varían a lo largo de la vida y se incrementan ante situaciones como el estrés crónico, la actividad intensa, el ejercicio físico, temperaturas extremas de mucho calor, la fiebre, la pérdida de agua por vómitos y/o diarreas, la diabetes descompensada, entre otras.

Érica Bianquet, licenciada en Nutrición (MP 1282) y colega de Locatellien el colegio bonaerense de Nutricionistas, aclaró que “el agua se encuentra en distintas proporciones en algunos alimentos como por ejemplo las frutas y verduras”, sin embargo también advirtió que “hay que tener en cuenta que sustancias como la cafeína y el alcohol aumentan las pérdidas de agua por orina, debido a su efecto diurético”.

Así, los requerimientos de líquidos deben ser cubiertos priorizando siempre el consumo de agua segura. “En caso de no contar con agua corriente, podemos convertir en agua segura el agua de otras fuentes, como pozo, aljibe, o cisterna, entre otras, colocando dos gotas de lavandina por cada litro de agua, y dejándola reposar por 30 minutos”, agregó la nutricionista.

Los grupos más vulnerables a la deshidratación son los adultos mayores, las embarazadas y los niños y niñas pequeños, ya que en ellos la señal de alarma de la sed está disminuida. Tanto con los adultos mayores como con las infancias es fundamental insistir para incorporar el hábito de la ingesta adecuada de agua.

“Una botella cerca de los lugares de descanso de los adultos mayores puede ser útil a la hora de que ellos puedan dimensionar cuánta agua toman en un día”, explicó Bianquet y agregó: “Se recomienda también que la ingesta sea principalmente por la mañana, mediodía, tarde y no tanto por la noche para que puedan descansar bien sin necesidad de levantarse para ir al baño”. A los niños y niñas, es fundamental darles “un mensaje claro y concreto sobre la importancia que tiene el agua en su cuerpo”, además de “la disponibilidad de agua segura en la mesa y lugares accesibles a ellos”, indicó la nutricionista.

Últimamente, algunas “dietas exóticas” sugieren evitar el consumo de agua en las comidas porque engorda, sin embargo, Bianquet señaló: “El agua no aporta calorías, no engorda y se puede tomar antes, durante y después de las comidas. Si se toma mucha agua durante una comida es posible que la digestión suceda de manera más lenta debido a que los jugos gástricos se diluyen en el agua, lo que podría provocar una sensación de pesadez pasajera pero de ninguna manera un aumento de peso”.

Frente a los días de calor y al aumento de la temperatura sobre los 30° centígrados, el Colegio de Nutricionistas de la Provincia de Buenos Aire refuerza algunas medidas preventivas:

  •  Tomar agua segura con frecuencia, aunque no se sienta sed.
  •  Moderar el consumo de bebidas con cafeína o alcohol ya que pueden hacer perder mayor líquido corporal.
  •  Prestar especial atención a bebés, niñas y niños pequeños, adultos mayores y personas con enfermedades que puedan agravarse con el calor y la deshidratación.
  •  Permanecer el mayor tiempo posible en lugares frescos, a la sombra o climatizados, y refrescarse cada vez que uno lo necesite.
  •  Moderar la actividad física y evitar practicar deportes al aire libre en las horas más calurosas, luego del mediodía.
  •  Usar ropa ligera, holgada y que deje transpirar.
  •  Hacer comidas ligeras que ayuden a reponer las sales perdidas por el sudor, como son las ensaladas, frutas, verduras y jugos, entre otras.
  •  Consultar al médico ante síntomas que se prolonguen más de una hora y que puedan estar relacionados con las altas temperaturas.
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