Tres compañeras de la víctima declararon ayer. Recordaron los últimos chats con ella y cómo dieron con el acusado en las redes. El fiscal amplió la imputación. hoy, alegatos
Eran las 00.03 del 24 de octubre de 2019 cuando Vilma Mercado (19) le escribió por última vez a sus amigas. Fueron dos fotos, una selfie y una panorámica del lugar en el cual estaba esperando al chico con el que había acordado encontrarse esa noche. Fue la última señal de vida que se tuvo de ella.
Al minuto siguiente dejó de conectarse a su Whatsapp y nada más se supo de ella hasta el 25 de octubre a la tarde, cuando la Policía la halló asesinada en un monte ubicado a la vera de la ruta nacional 12, en las afueras de Puerto Iguazú. Los estudios médico-forenses certificaron que había sido abusada sexualmente y que su muerte se debió a una asfixia provocada por la cinta que utilizaron para cubrir su rostro.
Sus amigas fueron clave para develar qué había sucedido con ella. En medio de la búsqueda, recordaron charlas mantenidas con Vilma y mediante las redes sociales lograron identificar al ahora sospechoso: el ex soldado Carlos Luis Leandro Villar (21), también conocido como Leo, quien ahora es enjuiciado como único imputado por el abuso y femicidio de la joven iguazuense.
Ayer por la mañana, las tres amigas con quienes Vilma compartía dos grupos de chat (en Instagram y en Whatsapp) comparecieron como testigos ante el Tribunal Penal Uno de Eldorado y reconstruyeron lo sucedido entre el 23 y el 24 de octubre de 2019.
“Éramos un grupo de cuatro chicas: Oriana, Carla, Vilma y yo. Siempre estábamos juntas en el colegio, aunque en el último año Ori y Vilma se cambiaron juntas, por eso ellas dos tenían más afinidad por el tiempo que estaban juntas”, narró María Laura Danielsson, la primera chica del grupo en ser convocada a la sala de audiencias.
María Laura Danielsson fue la primera de Vilma en declarar ayer.
Y avanzó hasta las horas claves: “La última comunicación que tuvimos en el grupo de Instagram fue el 23 a la tarde, tipo 16 (horas), antes de entrar al colegio. Ella ahí nos dice que se iba a ir a ver con alguien. Después de eso no tuvimos más comunicación, pero sí ella nos envió por Whatsapp, tipo 00.03, ese último mensaje, que fue una selfie y una foto donde se encontraba ella. A las 00.04 fue el último visto de Whatsapp que marcó ella”.
En esa línea, agregó que “no indagamos con quién se iba a ir a ver, pero teníamos una suposición porque en un momento ella nos contó que estaba hablando con una persona del Ejército”.
De esa forma, el 24 de octubre todas amanecieron con la noticia de que Vilma estaba desaparecida y juntas comenzaron a indagar en recuerdos y redes sociales para saber quién pudo haber sido esa última persona con la cual la joven había pactado encontrarse la noche anterior.
“Una vez en el grupo mandó la foto del chico que era de la fuerza porque ella estaba interesada en entrar y quería información de cómo era el ingreso, entonces mandó esa foto del chico que era el que le iba a dar la información”, agregó después otra amiga, Carla Nobili. Las chicas estaban cada vez más cerca de saber de identificar a la última persona que -según la investigación- estuvo con Vilma.
Oriana, recuerdo y emoción. Ella mencionó que Vilma hablaba con un tal “Leo”.
El dato clave llegó mediante Oriana Nobili, la amiga más cercana a Vilma, quien tenía una información más. “Ella cortó con su ex y en una oportunidad ella me mandó una foto de él (por Villar), me dijo que se habían empezado a hablar. Yo no sabía su apellido nada, sólo había visto su foto y sabía que se llamaba Leo”, recordó la testigo ayer a la mañana.
A partir de ahí, las chicas unieron piezas y mientras Vilma aún permanecía en condición de desaparecida encontraron al soldado Villar entre sus amigos de Facebook. Su foto perfil era reveladora: estaba uniformado.
“Sabíamos que podía ser él porque ella en ningún momento habló de otra persona. Como ella lo tenía en su Facebook y era la única persona que estaba en el Ejército fue fácil deducir su nombre: Leandro Villar. Facebook fue la única vía para juntar las piezas para saber con quién era que ella se iba a ver”, resumió Danielsson en su testimonio.
La misma testigo recordó que al día siguiente hablaron con la madre de Vilma, María Estela Leite, y le transmitieron todo lo que habían reconstruido. Desde ese día el ex uniformado quedó bajo la lupa y posteriormente fue detenido por las pruebas recolectadas en su contra.
Villar declaró durante tres horas en el inicio del juicio el lunes.
Pruebas y defensa
Los elementos del expediente que complican a Villar pueden ser enumerados de tantos que son: una herida en su mano es compatible con una mordedura de la víctima; al momento de declarar como testigo tenía consigo el chip de Vilma; en su casa encontraron una cinta de similares características a la utilizada para asfixiar a la joven; y su ADN fue hallado en el cuerpo de la chica.
En su declaración vertida el lunes, Villar se dijo inocente, trazó una especie de sucesivos eventos desafortunados que lo colocaron en el centro de las sospechas, pero aseguró que todo fue “una simple confusión”.
Su versión indica que esa noche sí estuvo con Vilma e incluso tuvieron sexo, pero después él la llevó al encuentro de la chica con otro hombre que no pudo identificar pero describió que se movilizaba en un Volkswagen Gol Trend negro.
Luego intentó explicar que Vilma le mordió mientras él le tendía un “chiste” para darle un chicle y la mordedura fue justo sobre una herida que él ya se había hecho a la mañana durante una práctica en el Ejército. El ADN lo justificó mencionando el encuentro sexual que dijo mantener con Vilma antes de llevarla al encuentro con el otro supuesto hombre.
Respecto a la cinta trazó otra extraña teoría. El imputado aseguró que tras dejar a Vilma con el hombre del Gol Trend volvió a su casa para preparar un porro y se fue a fumarlo en un monte a la vera de la ruta 12 y cercano al lugar donde el 25 de octubre apareció el cuerpo de la víctima.
“Al entrar veo que se reflejó algo sobre la tierra con la luz de la moto. Me acerco para ver qué era y veo que era un rollo de cinta muy similar al que yo le había dado a Vilma. Entonces supuse que entraron ahí a tener sexo y se les cayó el rollo de la cinta. Lo junté, me fumé mi porro y me fui a mi departamento”, narró.
El fiscal Federico Rodríguez será en exponer su alegato hoy.
El fiscal amplió la imputación: robo y agravante por placer
La primera audiencia del debate desarrollada el lunes estuvo marcada, entre otras cosas, por una medida de reconocimiento en donde la madre de Vilma, María Estela Leite, marcó el celular que había sido hallado en la casa del sospechoso y que permanece incautado en el expediente como el aparato que utilizaba su hija.
Esa situación tuvo su correlato hoy temprano, cuando antes del inicio de la comparecencia de los testigos previstos para la jornada, el fiscal Federico Rodríguez solicitó al Tribunal ampliar la intimación de hechos contra el acusado.
En primer lugar Rodríguez le endilgó a Villar el delito de robo por la sustracción del celular de la víctima y luego pidió incorporar el agravante de homicidio cometido por placer. De esta manera, la acusación final podría quedar por robo, abuso sexual con acceso carnal y homicidio cuádruplemente calificado por haber sido cometido con alevosía, por placer, criminis causa y mediando violencia de género (femicidio).
El fiscal también pidió reproducir un DVD con imágenes de cámaras de seguridad y los audios intercambiados entre la hermana de la víctima y el acusado mientras Vilma estaba desaparecida.
En esa conversación el imputado aseguraba que había planeado encontrarse con Vilma ese 23 de octubre, pero que después supuestamente ella lo “dejó plantado” porque se fue con un hombre que conducía un automóvil Volkswagen Gol Trend negro.
Villar puede ser condenado a la pena de prisión perpetua.
Tras cumplir esas medidas, el Tribunal dispuso un cuarto intermedio hasta hoy a las 8.30 para el inicio de la ronda de los alegatos.
En esta etapa las partes expondrán sus conclusiones y efectuarán sus respectivos pedidos. El primero en alegar será el fiscal Rodríguez y luego será el turno de la defensa del imputado, encabezada por el letrado particular Sebastián Benítez. Villar afronta una acusación que prevé una pena de prisión perpetua.
El Tribunal encargado de llevar adelante el proceso está integrado por los magistrados Atilio León (presidente), María Ramos y Liliana Komisarski (subrogante).
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