El Tribunal Penal Uno de Oberá confirmó que el debate oral comenzará el 6 de octubre. Son siete imputados por el crimen del preventista de carne. Detalles de un horrendo caso.
En septiembre 2019, Diego Benegas (38) y Jonathan “Yony” Gutiérrez (29) fueron beneficiados con la excarcelación extraordinaria al vencerse los plazos de la prisión preventiva como imputados por el brutal homicidio del preventista de carne Nicolás “Junior” D’Amico (35), cuyo cadáver fue hallado calcinado en el baúl de su coche en el paraje El Chatón, localidad de Leandro N. Alem, la noche del 30 de octubre del 2015.
A seis años del hecho y con los siete implicados en libertad, entre ellos el cabo de la Policía Guillermo Sebastián Rockenbach (33), el Tribunal Penal Uno de Oberá fijó fecha para el debate oral que se realizará los días 6, 7, 13 y 14 de octubre.
Diego Benegas y Jonathan Gutiérrez serán juzgados por el delito de homicidio agravado por haber sido cometido por alevosía y premeditación.
Gustavo Benegas (34), Gustavo García (30) y Diego Gutiérrez (31) fueron imputados por encubrimiento agravado; mientras que Guillermo Andrés Burkiewicz (33) y el policía Rockenbach están acusados de tenencia ilegal de arma de fuego de uso civil y entrega de arma de fuego a quien no acredita la condición de legítimo usuario.
En la instrucción de la causa quedó probado que días antes del hecho el cabo le entregó un arma a Diego Benegas; aunque luego, por el estado del cuerpo de la víctima, no se pudo corroborar si sufrió o no disparos. Actualmente Rockenbach presta servicio en el ámbito de la Unidad Regional II.
El primero de los imputados que se quebró fue Diego Gutiérrez, quien incluso acusó a su propio hermano: “Diego (Benegas) agarró el bidón y comenzó a rociar el cuerpo y el auto. Mi hermano Yony también tiró nafta, los dos lo hicieron”.
Baño de sangre
En sede judicial, Gutiérrez aportó datos estremecedores que grafican la brutalidad del hecho contra D’Amico.
“En un momento veo que mi hermano Yony y Diego lo levantan a Junior y lo llevan hasta el baúl del auto, lo arrastraron de la camisa y el pantalón desde la oficina hasta el Bora que estaba de culo, al lado de la oficina (…) Le metieron primero la cabeza y después los pies, todo doblado”, señaló respecto al día del hecho.
La víctima era oriundo de Lobos, Buenos Aires, y vendía carne para un frigorífico de aquella provincia.
El 30 de octubre del 2015 estuvo en la carnicería de Benegas, ubicada en Avenida de las Américas de Oberá, donde al mediodía compartió un asado con el dueño y los empleados.
Ya de tardecita volvió al comercio para cobrar parte de una cuenta, circunstancia en la que habría sido asesinado tras una fuerte discusión con Benegas.
Según el expediente, el propietario de la carnicería y Yony Gutiérrez habrían sido los autores materiales del hecho, tras lo cual cargaron el cadáver de la víctima en el baúl de su propio Volkswagen Bora y condujeron por la ruta nacional 14 hasta el paraje El Chatón, donde quemaron el auto.
Posteriormente, el sistema de rastreo satelital del Bora confirmó antes de ser incendiado estuvo en la carnicería de Oberá.
El testimonio de Diego Gutiérrez no hizo más de confirmar las sospechas.
Relató que la tarde del hecho Diego Benegas lo llamó para hacer limpieza, tarea que cumplía cada tanto, puesto en ese entonces era aspirante a Prefectura.
“Estaba limpiando las sierras en la carnicería y Diego me manda a llamar a la oficina. Voy, y ahí estaba Junior en el piso golpeado (…) Junior estaba entre unos escritorios. Había sangre por todos lados y estaba muerto. Al lado de Junior estaba tirado un fierro (…) Yo lo vi a Diego que andaba con ese fierro que buscó de la choricera, yo lo vi porque estaba limpiando la cámara”, relató.
Traslado del cuerpo
Tras detallar cómo cargaron el cuerpo en el Bora de la víctima, Diego Gutiérrez aseguró que el dueño de la carnicería le pidió que vaya con su propio auto al frente en la ruta para ver si había controles.
“Salimos con Yony y Diego venía atrás, hasta que nos pasó en la YPF antes de la tabacalera. Ahí entró en la picada a la izquierda, de Oberá hacia Alem. Mi hermano me decía: seguile, seguile. Hicimos 300 metros más o menos y Diego metió el auto en un tesal y lo roció con un bidón de nafta que llevaba mi hermano. Durante el viaje mi hermano me decía que me quedara tranquilo que lo iban a hacer desaparecer y yo le respondía que están locos”, aseguró.
Brindó detalles de cómo incendiaron el coche y el cuerpo, circunstancia en que su hermano se quemó un brazo, tras lo cual regresaron a Oberá.
“Eran las diez de la noche, volvíamos a la carnicería y Diego me decía que me calle la boca, que estaba todo bien. Le dije: Vos me enterraste, y me respondió: Quedate tranquilo, vos no tenés nada que ver, yo te voy a dar plata para vos y tu hermano”, indicó el testigo.
Consultado al respecto, también se refirió al localizado satelital del VW Bora que alrededor de las 20 lo situó en la carnicería de avenida De Las Américas: “Mi hermano le preguntaba a Diego por el GPS del Bora, y le dijo que dio unas vueltas antes y que no marcaba porque ya lo había desconectado”.
“Qué hacés, loco”
Otro ex empleado de Benegas que también reconoció su participación en el hecho fue Gustavo García. En sede judicial indicó que el 30 de octubre al mediodía comieron un asado y luego cada uno se fue por su lado.
“Tipo siete de la tarde volvió Junior cuando aún estaban abiertas las puertas de la carnicería. Más tarde, a las ocho, vi que Diego Benegas tenía un hierro en la mano cerca de las cámaras frigoríficas. Se puso el hierro debajo de la manga de su campera. En la oficina estaban Junior y Yony. Su hermano Diego Gutiérrez estaba en el sector de carnes ayudando a limpiar. Ahí Diego va hasta la oficina y lleva un maletín, eso me contó Diego después. Yo estaba en el sector de la choricería, a unos 30 metros de la oficina y escuché un grito: ‘Qué hacés, loco, pará’, y también escuché ruidos como que se caían escritorios (…) Diego Gutiérrez entró también a la oficina. Después Diego Benegas salió con el hierro en la mano y nos dijo a Gustavo (Benegas) y a mí: ‘Quédense tranquilos, no pasa nada, yo lo maté, yo me hago cargo’”.
Y agregó: “Gustavo cuando entró a la oficina y vio que le estaban golpeando a Junior, les gritó que paren de pegarle y salió asustado. Después de eso, Diego Benegas salió a buscar el Bora de Junior que estaba en la playa de estacionamiento y ubica el auto en la puerta trasera de la oficina, baja y le pide a Yony que lo ayude a cargar el cuerpo. Yony tenía puesta una camiseta de Boca y un pantalón de la carnicería y un bidón de cinco litros con nafta en la mano. Diego Benegas abre el portón blanco, antes cargaron el cuerpo al auto (…) Diego y Yony Gutiérrez antes salieron con el Renault 9 a ver si no había controles. Yo estaba en una pieza, ya no quería seguir viendo”.
El arma homicida
Siempre según la declaración de Gustavo García, al otro día del hecho Diego Benegas argumentó que mataron a D’Amico porque éste lo amenazó con asesinar a su familia si no le pagaba una deuda que superaba el millón de pesos, monto que no tenía.
El imputado reconoció una barreta como el elemento usado para ultimar al preventista.
“Sí, vi el hierro, estaba al lado de la máquina de moler carne de la carnicería. En ese lugar siempre estaba. Eran las cinco de la tarde y Diego Benegas pasó y lo llevó al lugar donde están los motores de las cámaras. Ahí lo dejó y después lo buscó y se lo puso dentro de la manga de la campera negra y blanca. Eso fue a las ocho de la noche”.
“Después Diego Benegas me dijo que había dejado un maletín vacío en la mesa donde se pela la carne, que pasó por ahí con el hierro en el brazo de la campera, buscó el maletín y se fue a la oficina. Me contó que Junior estaba parado con un arma en la mano y que le pasó el maletín, Junior lo agarra y le da tiempo para sacar el hierro y golpearle. Yo no vi el arma que tenía Junior, eso me comentó Diego Benegas”, detalló.
El expediente se inició en el Juzgado de Instrucción Cinco de Alem, a cargo de la jueza Selva Raquel Zuetta, aunque luego pasó a Oberá porque se considera que el homicidio se perpetró en esta ciudad, por lo que se hizo cargo el Juzgado de Instrucción Uno.
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