Desde distintas comunas de la provincia se indicó que la reactivación esperada no pudo ser tan acelerada. En Posadas, por el contrario, se logró la recuperación
Con el último mes, el sector comercial de muchas comunas misioneras comienza a despedir un año complejo que los mantuvo expectantes ante las múltiples variaciones. Es que no sólo la inflación fue un problema grave – que de por sí significó el mayor dolor de cabeza para comerciantes y consumidores– sino que también hubo otros factores que complicaron el escenario. Uno de ellos fue el desabastecimiento y los faltantes que se registraron en distintos rubros, principalmente aquellos que dependen de insumos importados.
Si bien en la mayoría de las cámaras de comercio y locales de los municipios de Misiones recién se comienza a analizar los números puntuales, ya se adelantó que la situación económica, inflación y falta de productos tuvo protagonismo durante el corriente año, por lo que los comerciantes que hicieron frente a distintas realidades, auguran una mejor realidad para 2023. En Posadas, por su parte, la realidad fue diferente, pues los comercios pudieron sacar provecho y lograron tener buenas ventas.
En Jardín América, la comerciante María Dejarano, dueña de Irmina Showroom, contó que el efecto inflación fue determinante en cuanto a ventas. “En agosto y septiembre los precios se duplicaron, cada fin de semana había lista nueva y había que actualizar constantemente”, manifestó. A su vez contó que cuando pedían precios a los fabricantes, recibían como respuesta que no tenían en stock aunque la realidad es que no tenían un precio de referencia.
Luego precisó que octubre repuntó un poco la venta por la festividad del Día de la Madre, pero no fue igual o mejor que el mismo mes del año pasado.
“Ahora se nota menor venta que diciembre del 2021, la gente compraba antes varias prendas ahora una sola, antes no miraba tanto el precio y ahora salen más a recorrer, buscan variedad en valor económico y calidad, como así también optan -de mitad de mes en adelante – financiación con tarjeta de crédito”, explicó.
De la misma manera, Matías Sebely, dueño de La Finca en Leandro N. Alem, remarcó que “lo más difícil de pasar fue la inflación, la suba de precios y en julio la incertidumbre que hubo en el sector”.
“Nadie te quería vender nada de nada. Fue muy difícil el contexto, pero hay que ir acomodándose. Tratando de tener poco costo fijo”, resaltó. Y expresó: “Nosotros igualmente apostamos a nuevos productos, como por ejemplo la bebida energizante Onza”.
Duro año en El Soberbio
Primero la pandemia y después la incontrolable suba de precios, fueron determinantes en El Soberbio. Sin embargo, otro de los factores que también influyó fue el desabastecimiento de las mercaderías que jugó muy duro con todos sectores de la economía.
En la localidad la situación no pasó desapercibida, el pueblo está frente a Brasil, donde estos últimos años el real viene mostrando un buen valor frente al peso, lo que facilita el poder de compra de los hermanos brasileños. Es decir, existe una gran demanda de mercadería por parte de los vecinos de la costa del río Uruguay que todos los días llegan abastecerse en los supermercados de la zona. Aunque es bueno por un lado, por otro generó aún más desabastecimiento.
Además, desde el sector, explicaron que los proveedores cada semana pasaban una lista nueva de precios, con el fin de que se actualicen constantemente. Por ello, muchos negocios cerraron por unos días sus puertas, porque era muy difícil competir y afrontar la disparada de los precios.
Unos de los rubros más golpeados fue el de herramientas y ferreterías porque hay productos, que son importados y que se rigen por el precio del dólar.
Muchos kioscos y maxikioscos debieron cerrar definitivamente sus puertas por no poder afrontar la inflación que atravesó el país.
Inestabilidad en San Pedro
En San Pedro, la inestabilidad económica afectó de manera dispar al sector comercial. Fue un año en el que a los comercios dedicados al rubro alimenticio o a la construcción tuvieron buenas ventas, pero, por otro lado, los locales de electrodomésticos, mueblería o vestimenta sintieron más de cerca la crisis económica a consecuencia de la inflación que llevó a la suba de precios y al desabastecimiento de combustible, que fueron los factores principales para una notable disminución en las ventas.
Fue justamente la falta de combustible lo que generó serios inconvenientes para aquellos comerciantes que tienen incluido el servicio de reparto o distribuidora que en algunos casos hasta perdieron mercadería y debieron adaptarse a nuevas rutinas, lo que a su vez impacto en la rutina comercial de los clientes, como kioscos.
“El problema de la inflación nos golpea más porque la logística encarece los costos, por ende, no les pega a todos por igual, hay sectores que tuvieron un buen año, por ejemplo, todo el sector de materiales de construcción trabajó bien, otros sobre todo los minoristas están padeciendo mucho, cerrando un año casi con números negativos por el aumento en los costos fijos”, indicó sobre el tema el presidente de la Cámara de Comercio, Raúl Añais.
En ese vaivén de la economía, y teniendo en cuenta que el comercio local no está en condiciones de adquirir financiaciones y créditos bancarios, por las altas tasas de interés, se planteó la posibilidad de que puedan acceder al Fondo de Crédito de la provincia.
“Realizamos una charla informativa, para que brinden información sobre las distintas líneas de crédito para que nuestros comerciantes puedan tener un oxígeno financiero, puedan recuperarse y arrancar mejor el próximo año”, señaló Añais.
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