Imputaron a cuatro policías de Oberá en una causa paralela que investiga la muerte de Josías Galeano

La Justicia de Oberá imputó a cuatro policías de la Provincia por el presunto accionar de los mismos en procedimientos realizados contra el menor, Josías Galeano (15 años), antes de su desaparición y posterior hallazgo del cadáver el pasado 3 de junio pasado, en un bañado de la periferia de esta ciudad.

Los uniformados fueron requeridos en una causa paralela, en la que se investiga la muerte de Josías Galeano, que tiene como imputado en el crimen a Rogelio Andrés “Koki” Texeira (26 años), con prisión preventiva dictado por el Juez de Instrucción 2 de Oberá, Horacio Alarcón.

El nuevo expediente surgió a partir de una denuncia de la madre del menor asesinado, Carolina Ramírez, quien acusó a efectivos de la Seccional Cuarta por hechos de violencia y amenazas contra su hijo.

En esa línea, la fiscal Myriam Silke solicitó una serie de informes a la fuerza policial y otras medidas judiciales, que concluyeron con la imputación de los cuatro efectivos, bajo los cargos de los delitos de los delitos de “falsedad ideológica, privación ilegal de la libertad y amenazas”.

Fueron imputados; el comisario Javier José María R., el oficial subayudante Jonatan Ariel J., el oficial subayudante Carlos Juniors M. y al cabo Daniel M..

Los imputados son investigados por armar supuestamente una causa en contra del menor, detección irregular –donde habría estado esposado una reja de la comisaría-, amenazas y falsedad ideológica, entre otro delitos cometidos en perjuicio del mismo.

Josías Galeano desapareció el pasado 30 de abril de este año y su cuerpo en avanzado estado de descomposición fue encontrado el 3 de junio. Tras permanecer 81 días en la morgue judicial de Posadas, sus restos fueron entregados a sus familiares, siendo velados e inhumados en el Cementerio La Piedad de Oberá, el pasado 24 de agosto.

Josías Galeano murió por “asfixia por sumersión”

El menor Josías Galeano (15 años) murió por “asfixia por sumersión” estando vivo en el bañado del barrio Prosol de Oberá, por lo que se descartaría que haya sido asesinado en otro lugar y su cuerpo arrojado allí.

El estudio bioquímico del cadáver dio positivo para «diatomeas», que son parte del zooplancton microscópico que se encuentran en ciertos lugares y con características que le son propias de cada lugar, para que estos organismos estén presentes en médula ósea, es necesario que la persona este viva, puesto que el agua que los contiene debe ser aspirada, para luego pasar al torrente sanguíneo y de allí depositada en médula, cosa que no sucede en la persona muerta y arrojada al agua.

El examen determinó, que, por la presencia de los microorganismos presentes, el menor estaba vivo (posiblemente en estado inconsciente), en el lugar dónde fue hallado el cadáver, según trascendió de fuentes de la investigación.

Desde la Justica se aguarda todavía el resultado del estudio histopatológico (anatomía patológica), tejidos en parte del cuello del menor hallado muerto, que podría confirmar o descartar que existió asfixia mecánica (ahorcamiento).

No obstante ello, “estos nuevos hallazgos deberían cambiar el enfoque de la investigación”, manifestaron desde fuentes oficiales, ligadas a las pesquisas.