El alto costo de los medicamentos ha sido una preocupación constante en el sistema de salud, representando una carga financiera significativa tanto para los pacientes como para el sistema de salud en general.
En Argentina, de acuerdo con cifras del Centro de Profesionales Farmacéuticos (CEPROFAR) los medicamentos aumentaron más de 110% entre noviembre 2023 y enero 2024, lo que se traduce en un 40% por encima de la inflación.
Sin embargo, dentro de este panorama, la situación es aún más compleja cuando se habla de los medicamentos de alto costo, siendo las enfermedades oncológicas, patologías poco frecuentes y crónicas, las que concentran la mayor parte de este gasto.
“Las consecuencias de los altos costos en medicamentos son múltiples y afectan tanto al sistema de salud como a los pacientes. Para el sistema sanitario, representan una presión financiera significativa que puede derivar en recortes en otros programas de salud o en el aumento de la práctica ilegal de “copagos” para los pacientes», señaló Mario Koltan, Presidente de la empresa de cobertura médica Boreal Salud.
Y luego agregó: «Mientras tanto, para los usuarios, el acceso a este tipo de medicamentos puede implicar una carga económica importante, incluso llegando al empobrecimiento. Un ejemplo claro de esto es que según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) la caída en consumo por volumen de los medicamentos entre diciembre y enero 2024, fue de un 45,8 %. Hoy, la gran mayoría de los pacientes no pueden enfrentar los costos de los medicamentos y aún menos si se trata de los de alto valor”.
Si bien la Cámara Argentina de Especialidades Medicinales (CAEME), manifestó su disposición de congelar los precios de los medicamentos por un período de 30 días, medida a la cual ya se adhirieron varios laboratorios como: Abbot, Abbvie, Alcon, Amgen, Astellas, AstraZeneca, Bausch+Lomb, Bayer, Merk, GSK, Roche, entre otros; la situación requerirá un enfoque a largo plazo.
“El derecho a la salud es un derecho fundamental que debe ser garantizado por el Estado. Así como con las empresas de medicina prepaga se ajustaron diferencias de precios, el Estado debe intervenir en cuanto a los precios de medicamentos, como se pudo hacer en otros momentos por encima de IPC o Costo Salud. Este ritmo de aumentos no es sostenible para ninguno de los actores sociales. Un sistema de salud de calidad debe ser accesible y asequible para toda la población, sin que el costo de los medicamentos se convierta en una barrera para el acceso a tratamientos esenciales o crónicos”, finaliza Koltan.
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