Nacida en Posadas en 1998, actualmente juega en Palmeiras, pero siempre estuvo ligada a Boca y a la Albiceleste. Con un gol frente a Perú, se despidió de su tierra para brillar en su primer Mundial
Dentro de las figuras que conforman el plantel de la selección femenina de fútbol, hay algunas de las jugadoras que son parte del proceso desde hace muchos años. La victoria frente a Perú por 4-0 en el último amistoso en San Nicolás antes de subirse al avión rumbo a la Copa del Mundo de Australia y Nueva Zelanda 2023 dejó una buena impresión de cara al choque inaugural frente a Italia. Una vez más Yamila Rodríguez rubricó su nombre en el marcador y, luego de una buena temporada con Palmeiras, demostró que llega en un gran nivel a la máxima cita.
La delantera se ganó su lugar dentro de la consideración de Germán Portanova a base de esfuerzo y dedicación. En la Copa América 2022 rompió una racha de 19 años sin una goleadora del certamen con los colores de la Albiceleste: anotó seis veces, entre las que resalta un doblete a Paraguay en el duelo por el tercer puesto que significó el boleto al Mundial. “En el 2022, la vida me dio revancha. Estuve frente al arco en momentos importantes y la pelota entró. Estuve desde afuera apoyando a mis compañeras y los resultados se dieron. Un gran proceso, un gran grupo humano, me dieron la posibilidad de estar en esta lista”, redactó en sus redes sociales al recibir la noticia de la convocatoria.
Dentro de la alegría de Yamila por estar en una Copa del Mundo, también hay un porcentaje de revancha por perderse Francia 2019. “Me quedé afuera, estuve muy cerca y eso hizo que me doliera muchísimo. Pero aprendí a lamerme las heridas sola y siendo muy chica. Me tocó pasar la pandemia muy lejos de mi familia y mi motivación era hacer todos los goles que pudiera cuando la pelota volviera a rodar y estar en la lista del 2023″, admitió a sus 25 años. Con el salto a la liga de Brasil, la competencia la hizo mejorar en nuevos aspectos y esta vez saldrá por todo con la camiseta celeste y blanca.
El festejo de la delantera con su primera medalla y la camiseta de Boca en su casa de Posadas (Foto: @yamii_rodriguez11)
Nacida en el barrio A 3-2 en la provincia de Misiones, dio sus primeros pasos en el fútbol femenino en un humilde equipo de la capital: Huracán de Posadas. En 2015 tuvo su primera convocatoria a la selección argentina y en 2016 apareció la oportunidad de viajar a Buenos Aires y probarse enBoca, el club de sus amores, y no dudó ni un segundo. María Mareco, su madre, fue fundamental para el nacimiento de su fanatismo por el Xeneize, ya que durante su infancia le compró camisetas color azul y oro con el fin de poder transmitirle la pasión.
El tener que abandonar a su familia a tan temprana edad para representar a la Albiceleste en las primeras convocatorias y para comenzar a jugar para el club de la Ribera dejó en claro el objetivo de Yamila desde un principio: la búsqueda de poder vivir del fútbol. Los títulos con Boca no tardaron en llegar y en la primera consagración admitió que sus seres queridos en Misiones pudieron seguir el partido en vivo a través de un pequeño celular. Con una recarga de saldo en el medio, Rodríguez estampó su apellido con un gol en el título que inauguró la era profesional del fútbol femenino a nivel nacional, y cuando regresó a su provincia la recibieron en la tierra colorada como una referente.
A principios de 2018, recibió su primer llamado para jugar al exterior en el Santa Teresa de Badajoz de la prestigiosa liga de España. Sin embargo, el desarraigo fue muy difícil de manejar en Europa y a los seis meses regresó al Xeneize para no moverse de ahí hasta el pase a San Pablo. Más allá de otras ofertas que tuvo para regresar al Viejo Continente, su convicción la mantuvo en Argentina para seguir siendo parte del avance del fútbol femenino a nivel nacional.
La primera convocatoria de Yamila para la Selección fue en 2015 (Foto: yamii_rodriguez11)
Sus redes sociales dan a entender una cosa: Boca Juniors, la familia y la selección argentina son los principales pilares de su vida. En el último tiempo los colores del Palmeiras aparecieron en sus perfiles y los fanáticos del Verdao la llenan de elogios por su poder ofensivo. La decisión de abandonar el club del cual es hincha y donde ganó tanto fue difícil, pero el objetivo de progresar en busca del sueño máximo de representar al país en Australia y Nueva Zelanda fue más fuerte que cualquier otro sentimiento. En su primera temporada, marcó tres goles y ayudó a dejar a su equipo segundo en la fase regular. El duro golpe fue en cuartos de final cuando el San Pablo dio la sorpresa y se impuso con un 4-2 global.
Otro aspecto importante que la moviliza es ver a sus padres felices en Posadas. La familia es el motor de su esfuerzo y, en cada oportunidad que puede, Yamila regresa a su tierra para ayudarlos en lo que sea. Una heladera y un televisor de 32 pulgadas fueron algunos de los regalos que les hizo, pero a veces hasta organizan distintas comidas en su barrio en las que invitan a los vecinos. Además, cumplió el sueño de su madre de conocer La Bombonera por dentro y ver cada rincón del club del que son hinchas.
Con Cristiano Ronaldo como principal referente, decidió tatuárselo en su pierna izquierda como muestra de admiración. Además, en uno de sus cuádriceps, ostenta la imagen de Diego Armando Maradona y en la misma pierna muestra con orgullo otra de La Bombonera, para nunca olvidar al club de sus amores.
La delantera y actual jugadora del Palmeiras siempre ayudó a sus padres en cada ocasión que pudo: desde comprando electrodomésticos a llevarlos a conocer la Bombonera (@yamii_rodriguez11)
Partícipe de la evolución de la disciplina desde 2015 en adelante, el próximo Mundial puede ser el logro más importante de su carrera. Ya apareció en un partido bisagra para la selección argentina, mantuvo la regularidad durante los amistosos previos y está lista para dar el máximo en Oceanía. “Estoy esperando este momento desde que me tomé mi primer ómnibus desde Posadas a Buenos Aires para venir a jugar al fútbol profesionalmente. Con 17 años, en esos viajes eternos, soñaba con representar a mis nueve hermanos y a mis papás, cantando el himno en un Mundial con la celeste y blanca”, reflexionó, en el umbral de alcanzar su anhelo.
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