La misionera Lorena Beatriz Colman regresó a Mozambique, África, después de algunos años. Esta vez llevó insumos médicos, aporte de colegas enfermeros, médicos, visitadores médicos, conocidos de farmacias, pero, lo más importante es “poder darles la esperanza que viene de la Palabra de Dios”, aseguró.
La licenciada en Enfermería Lorena Beatriz Colman volvió al mismo lugar de África en el que estuvo trabajando hace unos años: Mozambique, provincia de Sofala, ciudad de Dondo.
Aquí aporta todo lo que puede desde su profesión, pero aseguró que también “estoy aquí aprendiendo de ellos, de su cultura, de cómo ellos ven las cosas, las enfermedades de aquí y necesidades y cómo ayudarles desde lo que hay”.
Según la posadeña, “acá hay muchas necesidades de todo tipo, pero sobre todas las cosas, busco poder darles la esperanza que viene de la Palabra de Dios, porque las personas son esclavas de su situación y de sus creencias ancestrales. Su esperanza es tener un encuentro y conocer a Jesús que es el único camino, la vida y la verdad. De hecho, la Palabra dice: ‘conocerán la verdad y la verdad los hará libres’, pero primero tienen que conocer al que es la verdad.
“Cuando él me habló sobre venir a largo plazo… yo dije: pero Señor, no sé hacer esto, mis comodidades, mi carrera, mis vacaciones, ¿crees que yo soy la persona para ir a un lugar así?. No me siento capacitada. Y me contestó: no digas: “Soy demasiado joven porque debes ir dondequiera que te mande y decir todo lo que te diga. No le tengas miedo a la gente, porque estaré contigo y te protegeré. ¡Yo, ¡el Señor, he hablado! Jeremías 1:6-8 NTV. Luego pregunté, qué quieres que haga ahí: Me dijo te he escogido para llevar buenas noticias a los pobres, enviado para consolar a los de corazón quebrantado y a proclamar que los cautivos serán liberados y que los prisioneros serán puestos en libertad.
Le dije, pero no tengo fuerzas, nadie me conoce:
—Pero, Señor —respondió Gedeón—, ¿Cómo podré yo? ¡Mi clan es el más débil de toda la tribu y yo soy el de menor importancia! Entonces el Señor dijo—Ve tú con la fuerza que tienes. ¡Yo soy quien te envía! Jueces 6:15-14 NTV. Y también me recordó una palabra que me dio la primera vez que fui a África… Juan 4:36 y 38NTV. A los segadores se les paga un buen salario, y los frutos que cosechan son personas que pasan a tener la vida eterna. ¡Qué alegría le espera tanto al que siembra como al que cosecha!. Yo los envié a ustedes a cosechar donde no sembraron; otros ya habían hecho el trabajo, y ahora a ustedes les toca levantar la cosecha. Él decía te envío a cosechar lo que otros sembraron, pero por Amor te hago parte de ese trabajo…a esa palabra siguió otra y otra hasta que no tenía dudas que debía venir a largo plazo…
Sostuvo que, todo lo que se hace, va de la mano, entre ayudar en sus necesidades y que conozcan al que puede salvar no sólo sus cuerpos sino sus corazones. “Al igual que un día me pasó a mí, podemos tener de todo en el lugar donde estamos, pero si Jesús no está, no hay nada sólo corazón vacío y sin rumbo. Ese día que me di cuenta. Y mi charla con Jesús comenzó así: ‘todo lo que tengo para ofrecerte son mis pecados no tengo más nada, no tengo nada de bueno’, y quién tiene un encuentro con Jesús sabe lo que es eso. El amor de Dios entró y llenó mi vida. Mis preguntas antes de eso eran: si Él existía, si Él me veía, si todavía se acordaba de mí, si me amaba. Y el Evangelio o la Palabra de Dios me trajo luz. Fue ahí que entendí que Él existía y que ese Dios me ama. Esa experiencia no se puede explicar con palabras. Ahí entendí que nací para amar a Dios”, expresó Colman desde su rol de misionera.
“Les puedo contar por mi experiencia el cambiar el corazón, los pensamientos y las actitudes, comportamiento y planes también por otros mejores. Dejamos de vivir solo para nosotros y los deseos egoístas, empezamos a vivir para lo que fuimos creados, para amar a Dios, y al prójimo y servir al que necesita y ser bienaventurados. Viví mucho tiempo engañada por mí corazón y aún hasta ahora cada día pongo mi corazón ante Dios para que examine y lo siga limpiando para ser lo que debo ser según su voluntad. El mundo es egoísta y lleno de comodidades que no están mal pero cuando idealizamos esas comodidades y nuestro confort tampoco experimentamos lo bueno que es Dios y vivir en su presencia caminando con Él a cada paso como alguien que lo podés ver porque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros, el hace posible lo que para nosotros es imposible… En todo este tiempo vi cosas para mí imposibles que Dios las realizó”.
Añadió que la primera vez que había ido a África, “Dios me había hablado que volvería a traerme a esta tierra. Fue difícil en un primer momento decidir que vendría por un largo plazo. Pero yo no dependo sólo de mis decisiones o deseos. Siempre consulto con una persona que nunca me abandonó aun cuando yo le di la espalda y Él siempre estuvo”.
Indicó que “no sabía ni cómo, ni cuándo o con qué medios y qué haría con todas mis limitaciones. Alguien como yo cómo podría servir o ayudar a las personas en una tierra como está con tantas necesidades. Y Dios también fue fiel puso un equipo de trabajo con amor y pasión por Dios, su obra y las personas de este país, personas con experiencia y que tienen todo aquello que a mí me falta y así aprendo cada día, ningún día se parece, cada día tiene sus desafíos pero cada día Dios está ahí sosteniendo a cada uno para ser formados por Dios y a la vez ayudar a Mozambique no sólo en sus necesidades físicas sino en su mayor necesidad de conocer a Dios y lo que Jesús hizo en la cruz para que ya no sigan siendo esclavos de la oscuridad, y la maldad que los rodea constantemente”.
El equipo está integrado por cuatro personas, un matrimonio que está dedicado tanto a la alfabetización y a la traducción bíblica en el dialecto que ellos utilizan o también se dice su lengua madre, haciendo también atención de salud y construcción de un lugar donde están próximos a habitar, llamado Base Misionera, una docente en educación especial, otro enfermero local y Lorena en salud y un maestro en la palabra para estudios bíblicos. Pero “no sólo trabajamos con lo que cada uno aporta desde su profesión, sino que en todo lo que podemos hacer hacemos todo, desde atender, cocinar, tenemos una huerta, aprendiendo a plantar, escuela bíblica para niños y estudios bíblicos con madres, y también estudiamos la palabra de Dios entre nosotros, la palabra es nuestra guía y sin lugar a dudas Dios es nuestro caminar”, acotó.
En un comienzo su familia pensaba que era una locura, y tenía sus miedos y temores. Pero Lorena entiende que “Dios también fue tratando con ellos y hoy mi familia es una fortaleza y mi mayor apoyo. Agradezco a Dios por sus vidas, ellos me apoyaron más allá de sus fuerzas y lo siguen haciendo, ellos son movilizadores de este proyecto, cuentan, comentan; a través de ellos muchas personas colaboran con este proyecto. Tenemos un grupo de oración de diferentes congregaciones que nos apoyan”.
Respecto a cómo se ve en algunos años, Colman manifestó que “la verdad, exactamente no sé, sólo Dios sabe los planes que tiene para mí, pero anhelo estar en el centro de la voluntad de Dios. Creo que estaré ligada siempre a la misión transcultural, ya sea yendo, movilizando o aportando… O tal vez los tres juntos… Sólo anhelo ser obediente al llamado de Dios en cada etapa de mi vida”.
“Mi vida no siempre fue esta que les estoy dando a conocer, en mis planes anteriores no estaba hacer esto… Mucho tiempo viví sin seguir consejos de nadie, haciendo todo lo que quise, pensando así que ejercía mí libertad. Tuve todo lo que alguien puede tener para vivir bien y ser feliz y con todo eso no me sentía libre o feliz, no era como yo creía. El momento más lindo es cuando estás en el pozo y pensás que todo acabó, es el momento que el Padre se aproxima, es el momento que el padre te toma por la mano derecha y te dice “no temas”. En la hora de la piedra, en la hora de la resignación, en la hora que parece que todo acabó, es la hora que el Padre llega y te da un abrazo, te restaura y te levanta (una mujer que iba a ser apedreada por su pecado y Jesús la salva, la restaura, la levanta). Esa persona con la cual consulto mis decisiones es mí consejero, Padre bueno, es Dios, el me respondió, de una mujer sin valor ni dignidad hizo una nueva persona”.
El objetivo de esta misionera “no es ser reconocida o felicitada, tengo bien en claro lo que dijo Jesús cuando anduvo en la tierra: ‘no sepa tu mano izquierda lo que hace tu mano derecha’. Pero sí quiero dar a conocer la obra de Dios en otras partes del mundo, así como en mi vida, dar honra a Dios por lo que Él hizo y hace, que las personas puedan saber que Dios sigue con su obra a través del tiempo y que Él está más cerca de lo que piensan para aquellos que lo quieran conocer que Él los ama (aunque duden que Dios existe). Si es que hay esperanza para ellos, que son muy malos?, o al contrario se creen tan buenos que no necesitan de Dios … No hay nada mejor o peor que podamos hacer en toda nuestra vida, para que Dios nos ame más o menos. Él ya nos ama y quiere transformar nuestras vidas y que nuestros corazones le pertenezcan. La buena noticia es que Jesucristo fue levantado de los muertos y Él puede transformar esa vida sin sentido porque yo era una persona que andaba por el mundo muerta en vida y Él me rescato de esa vida, a los que creen en Él tienen realmente vida”, confió.
Dijo que esta experiencia le enseña cada día que como seres humanos “no somos conscientes de la maldad que hay en nuestros corazones, creemos que somos buenos, cada uno piensa: “yo no soy tan malo?”… Pero la biblia dice que el corazón es más engañoso que todo… A veces pensamos que las personas son engañosas y creo que nuestros propios corazones son engañosos más que las otras personas y que solo Dios lo conoce en profundidad y puede cambiar ese corazón… Metemos la pata porque nuestro corazón nos engaña… una pregunta para pensar: ¿si le entregamos a Dios ese corazón? ¿Qué pasaría?”.
“El Mundial aquí se vive a full. Aquí apoyan mucho a la Argentina, porque lo quieren a Messi, y hay muchos más simpatizantes de los que pensaba. Se ven los partidos en los bares y nos enteramos por nuestros parientes también… Pero claro que no es al nivel de Argentina, pero sí cuando nos ven y se dan cuenta que somos argentinos ya nos dicen te enteraste cómo salió Argentina. Ellos están al tanto de eso”.
En esta oportunidad, Lorena también llevó muchas donaciones de medicamentos e insumos médicos, aportados, sobre todo, por colegas enfermeros, médicos y visitadores médicos, conocidos de farmacias que hicieron su aporte. También agradeció a los “hermanos en la fe cristiana que han sido fieles en apoyar la obra de Dios”.
“Y si alguien quisiera ayudar quiero dejarle unas palabras que dijo Jesús cuando anduvo en esta tierra: ‘De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis’. Mateo 25:40”.
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