Con seis nuevos testigos, se reanudó este martes la segunda jornada del debate por el crimen de Marina Da Silva (19), en Campo Bauer, en 2013. Declararon familiares de la víctima, de los acusados, un policía y los jóvenes que hallaron el cadáver dentro del pozo de agua.
En una nueva jornada que se extendió por casi cinco horas en el Tribunal Penal Dos ubicado sobre calle San Martín, media docena de testigos comparecieron ante los Magistrados y relataron aquel trágico fin de 2013.
En la etapa de instrucción, quedó comprobado que Marina Da Silva recibió dos fuertes golpes en la cabeza y, una vez sin vida, fue arrojada dentro de un pozo de agua en Campo Bauer, Nemesio Parma.
Con la jornada de este martes, el debate ingresó en una etapa de inconsistencias, lo declarado inicialmente no coincidía con los relatos ante el Tribunal, aunque habría que tenerse en cuenta que transcurrieron casi nueve años del crimen.
Los tres imputados mantuvieron la calma y la mirada lejana, salvo Franco Jesús Ramos, ex pareja de la víctima, quien miraba a los ojos a algunos de los testigos que prestaron declaración, principalmente a la madre y a la hermana de Marina Da Silva.
Primeramente, en el inicio de la jornada, compareció ante el Tribunal el oficial de la Policía de Misiones, Hernán Federico Rodríguez, quien participó del operativo de búsqueda y posterior hallazgo del cadáver. “Nosotros estábamos dando cumplimiento a una orden de allanamiento. Estábamos en compañía de científica y SAIC, ellos fueron los que hicieron las averiguaciones para llegar a ese lugar.”
El testigo mencionó que el allanamiento que se estaba realizando aquel 31 de diciembre era en la propia casa que Marina Da Silva compartía con Ramos, en Campo Bauer. Una vecina alertó a los policías que unos niños habían hallado un cuerpo dentro de un pozo. “Solamente recuerdo que fueron unos menores que hallaron el cadáver. Se habían comunicado a otra Comisaría que había un cuerpo en el pozo, no sabían si era un animal o una persona”.
Rodríguez le tomó la exposición policial a Franco Ramos el 26 de diciembre, donde daba aviso de la desaparición de su pareja, de quién hacía cinco días no tenía noticias. El 30 de diciembre, un día antes del hallazgo, la madre de la víctima radicó una denuncia formal.
Posteriormente, declararon los dos hermanos que encontraron el cuerpo de Marina Da Silva dentro de un profundo pozo de agua. Ambos, por separado, entraron en una serie de inconsistencias y sus relatos más que sumar, restaron a la investigación.
Julio Sánchez (33) mencionó que conocía a los tres imputados pero que jamás tuvo trato con ellos, a pesar de que todos vivían en Nemesio Parma. Sobre del día del hallazgo, comentó que ingresó a esa zona en búsqueda de una planta de mango, ubicada a pocos metros del mencionado pozo de agua.
El hombre alertó a su madre que un bulto se encontraba en el fondo del pozo, pero que no hicieron nada al respecto, lo cual difiere con lo declarado ante el Juez Instructor. “Fue el sábado 21 antes de navidad, los vi en el kiosco de Cabral, venía de comprarme una zapatilla en la placita. Todos conocen el pozo en el barrio, Franco (Ramos), Juancho (Portal), Pili (Da Silva) y Taty (Ramírez)”, habría dicho años atrás, pero en el debate dijo desconocer esa declaración.
A su turno, el hermano menor del anterior, Ramón Alejandro Sánchez (23), afirmó que conoce a los imputados y que en varias oportunidades compartieron alguna que otra juntada barrial. Mientras que con Da Silva, habría tenido un último acercamiento hace un mes en la olería.
Tanto este testigo, como su hermano, aseguraban haber sido ellos mismos quienes hallaron en primer lugar el cuerpo, contradiciéndose entre ellos. ¿Por qué fuiste al pozo si no te queda de pasó para nada?, preguntó el fiscal, a lo que el joven respondió “Con Walter y Piriz fuimos al pozo, a mí se me ocurrió la idea de pasar por ahí, de curioso. Cuando me acerque, vi un bulto y pensé que era un perro”.
De este testimonio, dos cuestiones quedaron inconclusas, la primera es que en el barrio afirman que esos dos hombres que el joven nombró estarían muertos y, que habrían hallado el cuerpo tres días antes de dar aviso a la policía.
El fiscal pidió investigar al testigo por falso testimonio pero en un pequeño cuarto intermedio, el Tribunal por unanimidad decidió desafectarlo, al menos por ahora.
La navidad del 2013
La siguiente en declarar fue la madre de la víctima, María Cristina Da Silva, quien había radicado la denuncia por la desaparición de su hija el 30 de diciembre, casi 24 horas antes del hallazgo del cuerpo.
Cabe recordar que Franco Ramos en su declaración aseguró que su suegra “vivía de joda” y pasaba todo el día fuera de su domicilio. En esa línea, la mujer aclaró que tiene cinco empleos, sale a las 5 am de su casa y regresa con el colectivo de las 22 horas. “Los sábados trabajaba hasta las 17 horas y después tenía un programa de radio de 19 a 21 horas”, comenzó diciendo.
Claro está que Marina Da Silva desapareció el 21 de diciembre. Sobre ese día, la testigo contó que cuando el paradero de su hija era desconocido, llegó a su domicilio y se encontró con su nieta (hija de Ramos y Da Silva) acostada sobre la cama, pero nadie sabía dónde estaba Marina.
Si hay algo en lo que todos coinciden, es que Ramos habría llevado a Marina, en su motocicleta, a comprar jugo para tereré en un kiosco del barrio Cruz del Sur, pero aparentemente, la mujer nunca llegó.
“Franco después volvió a mi casa y me preguntó si Marina había vuelto, le dije vos tenés que saber porque todo el tiempo pelean pero me dijo que no. El se quedó a dormir en mi casa. Venía toda la semana y se quedaba un rato, le pedí para salir a buscarla porque por ahí tenía amistades que no conocía”.
Antes de arrojar el cuerpo sin vida de Marina Da Silva en el pozo de agua, él o los asesinos la ataron de pies y manos con unos cables que utilizaban como prolongador para enchufar un equipo de música, el mismo que era trasladado con un bolso negro, el cual también fue encontrado junto al cadáver y en su interior contenía una piedra que actuaba como contrapeso para que la chica permanezca en el fondo del agujero.
A pesar de la ausencia de Marina, Ramos pasó navidad junto a sus familiares en la localidad de Apóstoles, aquí hay otra discusión: ¿Con quién estuvo la hija de Ramos y Da Silva en noche buena?, el imputado afirma que viajó con él, pero la familia de la víctima aseguró que la bebe quedó en Posadas. “Él se fue al interior y Marina no aparecía. Le llamé a la mamá de Franco y me dice que no quería hablar conmigo y que no quería saber nada más de Marina. La hija de ellos estaba conmigo”.
La mujer comentó que cuando su hija y Ramos convivían en Campo Bauer, los ayudaba económicamente, debido a que su yerno no hacía otra cosa que trabajar en la olería, ocupación que depende principalmente de las condiciones climáticas. “Yo le compraba pañales, remedios y una vez pague un remis para buscarle y traerle al Hospital a mi nieta. Yo a él le trataba como un hijo, nunca creí que me iba a pagar de esa manera”.
A continuación, apareció el nombre de Juancho, supuesto amante de Marina y uno de los cuatro imputados del crimen. La mujer había declarado que conocía que su hija tenía una relación con ese hombre pero en el debate manifestó desconocerlo.
“Ya había pasado una semana y mi hija no había aparecido. Franco me decía que ella tenía un amante pero yo ni le conozco a ese muchacho. Él me venía diciendo que Juancho era paraguayo y que tenía intenciones de llevarle a Marina al Paraguay. Hablé con el papá de él y me dijo que su hijo había ido a Paraguay. Ahí franco me dijo que él tenía los documentos de Marina, que me había sacado de mi cartera”.
La mujer ante la policía, cuando habían pasado tan sólo semanas del hallazgo del cuerpo de la joven de 19 años, según consta en el expediente, no mencionó situaciones de violencia de género en la pareja con Franco Ramos. Ahora en el debate sí, casi nueve años después.
“Todo el tiempo se peleaban en mi casa, tomaban tereré y él le tiraba el tereré a ella y se iba. Los padres de Franco le pegaban a Marina. Ella era amiga de Juancho, no sé porque ese señor decía que tenía una relación con mi hija. Ella me decía que le tenía lastima a la mujer de él porque el hombre le pegaba”. Anteriormente había declarado que su hija tenía encuentros sexuales con Portal en cercanías al pozo donde fue hallada muerta.
La defensa de Ramos tomó la palabra y mencionó que la mujer había manifestado años atrás que Portal le envío mensajes mientras su hija estaba desaparecida, en los cuales le expresaba su amor hacia Marina y la trata de “suegra”, lo cual este martes dijo desconocer. “Yo hasta ahora no creo que le hayan hecho algo tan horrible a mi hija, era una persona amable, ayudaba, no tenía maldad para nada”.
La coincidencia con el crimen de la taxista
Franco Jesús Ramos fue privado de su libertad en mayo de este año, días posteriores al hallazgo del cuerpo sin vida de Claudia Elizabeth Benítez, cuyo cadáver fue descartado, al igual que el de Marina Da Silva, en un pozo de agua, en Campo Bauer. Los investigadores llegaron ante el encartado como consecuencia del encendido del teléfono celular de la taxista, que estaba en posesión del joven.
Cuando la Justicia llegó hasta Ramos, se descubrió que el joven de 27 años estaba esperando una condena en libertad, como sospechoso del crimen de su ex pareja, quien fue asesinada y tirada en un pozo de agua, al igual que Claudia Benítez.
La siguiente testigo fue la hermana de la víctima, Carolina Guadalupe Figueroa (23), quien en principio mencionó que Marina tenía problemas con sus suegros y que estos la agredían físicamente.
Sobre aquel 21 de diciembre, relató que su hermana junto a su pareja y su hija, llegaron hasta su domicilio en el barrio Cruz del Sur cerca de las 13 horas. Le dejaron a la beba y fueron en motocicleta hacia un kiosco para comprar un jugo para tereré. “El volvió a las 5 de la tarde y me preguntó si ella había vuelto y le dije `vos tenés que saber, si se fue con vos´. Según lo que sé, ella nunca llegó al kiosco, se fue con él de nuevo hasta la casa de él. Él volvió solo, cómo no estaba ella se fue y volvió de nuevo a las 8 de la noche”.
En coincidencia con su madre, expresó que Kiara (hija de Ramos y Da Silva) había pasado esa navidad en Posadas, junto a su familia materna, pero en su momento, también había declarado que la niña se había ido con su padre a Apóstoles.
La última testigo de la jornada fue Cristina Anahí Da Silva, familiar de dos de los imputados, dato desconocido públicamente: Franco Jesús Ramos y Daniel Alejandro Da Silva, son familiares.
“Solamente quiero contar lo que vi el día 21. Mi sobrina Marina, entre las 12 y 12 y media del sábado, cuando me fui a comprar a la casa de la mamá de Franco, se estaba lavando la cabeza en una palangana. Volví más tarde y vi que Franco se iba con Marina y su hija en una moto. Nos acostamos a dormir una siesta y cerca de las 3 de la tarde veo a Franco en una moto volviendo al barrio. Estaba con un short y sin remera, con una mochila en la espalda. Entro a la casa y salió de nuevo”, aclarando que vive en el mismo terreno que la familia Ramos.
El 31 de diciembre, por orden de la Justicia, allanaron el domicilio que Ramos y Da Silva compartían en Campo Bauer. Coincidencia de ello, la testigo dijo haber recibido un mensaje de una vecina, quien le contó que unos niños habían hallado un cuerpo en un pozo, cerca de la casita rosada y dio aviso automático a la policía.
“El día 31 a la mañana, arriba de mi casa estaba lleno de policías, se acercó uno a mi cerco y me pidió que salga de testigo porque iban a revisar unas cosas en la casa de Marina y Franco. Un ratito después suena mi celular y decía `Hola Cristina, podes ir hasta Prefectura que en un pozo cerca de casa rosada encontraron un cuerpo o un maniquí”.
Ante la consulta del defensor Cristian Leites sobre de quién sospechaba que habría asesinado a Marina Da Silva, expresó “Pienso que ahora con lo que pasó con la taxista, fue Franco”.
El debate continúa mañana a las 8:30 horas.
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