Soldados de laboratorio: la lucha de los bioquímicos contra el Covid-19

El laboratorio del Hospital de Fátima funciona desde hace 16 años. Ante la pandemia debió reorganizarse. Además de procesar muestras de los test, se dedican a los internados.

Desde el día uno de la pandemia se instaló el concepto de esenciales. Hasta hoy se habla de ellos: el personal de salud, que está en la primera línea de la batalla contra el Covid-19. Sin minimizar el rol de los médicos, terapistas, enfermeros y técnicos, hay otro grupo de esenciales que fueron y son claves en cortar la cadena de contagios. Se trata de los bioquímicos, que además de procesar muestras de pacientes para detectar la enfermedad, deben hacer el seguimiento diario de los internados y procesar dos veces al día sus análisis para identificar, entre otras cosas, el efecto de la medicación. Son soldados de laboratorio.

En Misiones actualmente hay centros de testeos gratuitos de Sars-Cov-2 en los municipios más grandes, pero así también se puede hacer el estudio en el sector privado, y el Ministerio de Salud Pública desarrolla operativos en la calle. Se trata de test de antígeno, no PCR. En tanto, antes de que hubiera mayor acceso al diagnóstico y teniendo en cuenta que el Hospital de Fátima era el centro de referencia, las personas con síntomas se acercaban hasta allí y las filas se volvían eternas, incontables cuadras.

El laboratorio del hospital funciona desde hace 16 años y en la previa del Día del Bioquímico, que se celebra mañana, los profesionales abren sus puertas a para compartir el trabajo que hacen.
“Hay que rescatar el rol del bioquímico en pandemia, es fundamental en el diagnóstico, tratamiento y seguimiento del paciente Covid positivo. En este caso nos vimos obligados a reorganizar el laboratorio, donde lo más importante era el diagnóstico, que es el hisopado y el procesamiento de la muestra. Acá no se procesan PCR sino test rápidos, los PCR los procesan los bioquímicos del Lacmi”, señaló Lorena Almada, encargada de Bacteriología y responsable del laboratorio.

Completan el equipo Sandra Steffens, encargada de la parte crítica, internación y terapia y urgencias; Rossana Gaona Montenegro, encargada de hematología y hemostasia y urgencias; y Lucas Aguirre, encargado de orinas, parasitología, serología y bacteriología.

“Fue mucho entrenamiento cuando todavía no teníamos casos acá, cambiamos muchas costumbres que tenemos todos, como la rutina diaria de compartir el mate. No se hicieron más almuerzos en equipo, nos acostumbramos a soportar la ropa y ese entrenamiento nos sirvió para que todo sea mucho más llevadero desde marzo hasta hoy. Nuestra tasa de infección fue muy baja”, menor al 10%, sostuvo.

“Tenemos todos los equipos automatizados, hacemos la rutina del paciente Covid. Consiste en parámetros que son hemograma, uremia, glucemia, hepatograma, un estado de ácido base que es lo que va definiendo el ajuste o no de los respiradores o aportes de oxígeno, también bacteriología. El paciente internado está muy expuesto a la infección intrahospitalaria, entonces se tiene que controlar todos los días a todos los internados, ya sea en terapia o internación. Todos los días muestra de sangre, habitación por habitación, de mañana y de tarde”, detalló la bioquímica.

Y agregó una cuestión que no es menor en este contexto complejo, los elementos de protección personal (EPP): “Nunca tuvimos que pedir equipos de protección, estaban a disposición para usar la cantidad que necesitemos. Agradecemos a nuestra directora y al Parque de la Salud”.

Demanda de test y otras consultas

Consultada respecto al trabajo con los testeos y la situación de la demanda, respondió: “Tuvimos una época en diciembre, en enero y ahora en esta segunda ola, un aumento considerable de test. Si bien no tenemos un centro de testeos exclusivo como lo tiene el ex Materno Neonatal, atendemos pacientes para hisopado. Esta semana hicimos entre 150 y 180 por día, es decir, que estuvimos atendiendo entre internados y ambulatorios unos 300 pacientes por día, con resultados en el día. Todos se llevan su resultado en una hora. Acá es con síntomas, tiene que ser revisado con el médico”.

“Entonces, si a cada paciente le dedicamos unos 40 minutos entre hisopado y consulta, no podemos tener una fila de gente que se viene a hisopar espontáneamente porque eso demoraría mucho y no podemos elegir en una fila quiénes son los enfermos y quiénes no. Entonces le pedimos a la gente que asista al Hospital de Fátima cuando está sintomática, entonces tiene una buena atención, rápida y se va con su resultado, pero un paciente que no necesita la atención médica y quiere hisoparse porque tuvo contacto estrecho, es mejor que vaya al ex Materno Neonatal”.
“Los técnicos son nuestros pilares, nuestras manos, nuestros ojos. Tienen formación científica y son personas en las que confiamos absolutamente para el procesamiento de las muestras porque luego nosotros tenemos que dar la validación de eso, de cualquier cosa que se haga en el laboratorio. La firma es del bioquímico”.

“Los rápidos los podemos usar para pacientes ambulatorios que no requieren atención médica o internación, si le da positivo y está en buenas condiciones, se recupera en su hogar. Un paciente muy sintomático necesitamos confirmarlo por PCR, es un método mucho más sensible, es más costoso y tiene un procesamiento más largo. Tenemos muy buena respuesta con el test rápido para pacientes sintomáticos con uno o dos días de evolución; pacientes asintomáticos con un día de evolución probablemente nos dé negativo con test rápido y necesitamos PCR”.
“Si el paciente está bien y tiene síntomas leves y puede volver a las 48 horas, le solicitamos aislamiento preventivo y nueva toma de muestra, entonces ahorramos un recurso tan caro como la PCR, que lo estamos usando para personas que están internadas graves. Si vuelve a dar negativo y tiene síntomas, mandaremos PCR o se descartan otras enfermedades, otros virus respiratorios”.

“Tenemos pacientes ambulatorios con pedidos de rutina, algunos con enfermedades crónicas o agudas. Tenemos muchos frentes, el paciente que viene para control, el que viene de forma urgente a la guardia y el derivado al laboratorio para extracción de sangre, el que está en terapia, el que está internado en piso y además atendemos a los pacientes que vienen al consultorio respiratorio que son sospechosos de Covid y se les hisopa. Todo eso resolvemos durante el día”, destacó la encargada del laboratorio.

Trabajar y extrañar

Rosana Gaona Montenegro (29) es oriunda de Encarnación, Paraguay, pero vive en Posadas desde hace cinco años.
Estudió y se recibió en la Facultad de Ciencias Exactas, Químicas y Naturales de la Unam. “Cuando empecé acá ya había pasado un tiempo de la pandemia, tenía miedo porque no sabía el grado de contagio”, confesó.
“Después me di cuenta de que si te cuidás es muy difícil que te contagies, así que ahí me empecé a relajar un poco más, pero siempre al ir a visitar a un familiar uno tiene el miedo de que lleves el virus sin querer. Al principio me hisopaba cada vez que iba a visitar a mi familia, para ir tranquila, pero después ya me empecé a relajar más”, comentó.

“Cada quince días visitamos a la familia de mi novio, su mamá ya es grande y su hermana tiene una inmunodeficiencia. Ellos viven en Capioví. Con mi familia hago videollamadas, pasó mucho sin vernos, queremos que se abra la frontera para poder ir”, confesó.
Rosana no contrajo Covid, tiene dos dosis de la vacuna, pero no deja de militar: “Igual hay que cuidarse”. 

El equipo completo en Fátima

El Día del Bioquímico se conmemora en honor al nacimiento del farmacéutico y químico Juan Antonio Sánchez.
Sánchez fue el propulsor de la profesión bioquímica con fuertes bases científicas.
El laboratorio del Hospital de Fátima está compuesto por Sandra Steffens como encargada de la parte crítica, internación y terapia y Urgencias; Rossana Gaona Montenegro como encargada de hematología y hemostasia y Urgencias; Lucas Aguirre es el encargado de Orinas, Parasitología, Serología y Bacteriología; y Lorena Almada, encargada de Bacteriología y Responsable del laboratorio.